martes, 2 de julio de 2013
El "Caso Quemados" ocurrió un día como hoy
Araucanía.- El “Caso Quemados” fue uno de los episodios del día 2 de julio de 1986, dentro de la lucha contra la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile. Un grupo de militares comandado por oficial Pedro Fernández Dittus, que patrullaba las calles en el marco de una jornada de protesta Nacional, interceptó, golpeó, roció con combustible y quemó a dos jóvenes: a la estudiante Carmen Gloria Quintana y al fotógrafo Rodrigo Rojas De Negri quien trabajando para una agencia internacional seguía al grupo para fotografiarlo, luego les trasladan y abandonan en un sitio eriazo en Quilicura en la periferia de la ciudad. Rojas posteriormente fallecerá. El hecho, por su crueldad más las absurdas sentencias judiciales, motivó protestas contra el régimen tanto nacionales como internacionales, principalmente de Estados Unidos, lugar de residencia de Rojas.
En el barrio de Los Nogales, en la comuna de Estación Central de Santiago, un pequeño grupo de personas que estaba preparando armar una barricada un sector estratégico de la comuna aquella mañana del 2 de julio. Rojas, quien era fotógrafo para una agencia internacional, acompañó al grupo. Las personas llevaban 5 neumáticos usados, un cóctel molotov y un galón de gasolina. A las 08:00 hrs., fueron interceptado en Av. General Velásquez con calle Germán Yungue, por una patrulla militar comandada por el teniente Pedro Fernández Dittus, la cual estaba compuesta por 3 civiles, 5 suboficiales y 17 soldados. La mayoría de los jóvenes lograron escapar menos Quintana y Rojas De Negri. Tras este punto existieron dos versiones para explicar los acontecimientos:
Según la versión de la patrulla militar (y oficial para el gobierno de la época), cuando Quintana y Rojas fueron detenidos, algunos de los cócteles molotov que ellos llevaban, se rompieron y explotaron, prendiéndoles fuego a ellos en forma accidental. Incluso versiones de prensa indicaron que los jóvenes habían pateado una botella en dirección a los militares.
Según Carmen Gloria Quintana, la única sobreviviente, planteó que ambos jóvenes fueron golpeados severamente por el personal militar, y más tarde empapadas sus ropas con gasolina, a las que les prendieron fuego. Un testigo relató que los militares celebraban mientras los quemaban.
Ambas partes coinciden en que después, estando ambos jóvenes en llamas e inconscientes, miembros de la patrulla los envolvieron en mantas, los cargaron en un vehículo militar y los condujeron a un camino aislado en las afueras de Santiago, a más de 20 km. de distancia. Allí, en una zanja de regadío, los arrojaron y los dejaron para que murieran. Algunos trabajadores agrícolas los encontraron y notificaron a la policía, la cual los llevó a un hospital público para su atención.
Quintana y Rojas fueron trasladados más tarde a otro hospital, pero Rojas murió cuatro días más tarde debido a sus heridas. Pese a las quemaduras de segundo y tercer grado que sufrió Carmen Gloria Quintana en un 62% de su cuerpo, con muchos dientes rotos –estuvo entre la vida y muerte durante semanas–, finalmente sobrevivió. Quintana se sometió a un largo tratamiento médico en Chile y Canadá, pero hasta el día de hoy, ella todavía tiene cicatrices que la desfiguran a consecuencia de sus quemaduras.
Si bien la prensa oficialista y las presiones del gobierno primero intentaron negar los hechos y luego intentaron mantener la vigencia de la versión militar, los reclamos desde gobiernos y organismos de derechos humanos llevará a judicializar el asunto. El juez designado, Alberto Echavarría, tras su juicio que avaló la versión del gobierno de los hechos, resolvió dejar en libertad a los militares implicados. Según el informe de Amnistía Internacional de ese año, Los testigos y los abogados de las víctimas recibieron amenazas de muerte (tres testigos debieron abandonar el país).
En este caso, sólo el oficial Fernández Dittus ha ido a juicio, primero en 1991, donde fue hallado culpable de negligencia, por negarle asistencia médica a Rojas, pero se le exoneró de cualquier responsabilidad en la incineración de Quintana; luego, en 1993, la Corte Suprema condenó a Fernández Dittus a 600 días en prisión por su responsabilidad en la muerte por quemaduras de Rojas Denegri y las quemaduras serias recibidas por Quintana.
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