viernes, 3 de julio de 2015
Chile: 11 contra 11 se puede
Victoria.- (Roberto Rivas. Periodista)
Nobleza obliga: Chile debería perder con Argentina, Chile es menos futbolísticamente que Argentina, yo creo que Chile va a caer con Argentina.
Habiendo hecho ese necesario alcance, el fútbol otorga desenlaces inesperados (y de eso nos encargamos en la sección de La Golosina de la revista de Somos9 que ya está en circulación este sábado) y es ese el espíritu que debe invadirnos esta jornada. En general la épica, la jornada gloriosa y el batacazo son instancias reservadas para uruguayos, italianos o sorpresas. Allá donde Uruguay apela a la “garra charrúa” o al “contra todo y contra todos”, Italia tiene el “catenaccio” y el “ganar medio a cero”. ¿Chile? La frase más recurrente es “jugamos como nunca y perdimos como siempre”.
Porque ese es un reflejo despiadado pero no por ello menos real de nuestra historia. Piense usted, querido lector, que en el año 1987 Chile, después de ganarle a Venezuela en el debut, le propinó un severo correctivo al Brasil de Careca, Valdo, Silas y Raí, al ganarle 4-0, con los dobletes inolvidables de Basay y Letelier. Según el formato de la época, pasó a semifinales como líder de su grupo donde se enfrentó –con el permiso de la actual- ante la mejor Colombia de todos los tiempos. Valderrama, Arnoldo Iguarán, Bernardo Redín, Anthony de Ávila y John Jairo Tréllez, por nombrar solamente los que actuaban en la ofensiva, eran parte del plantel del “Pacho” Maturana.
El partido terminó 0 a 0 y se fue a alargue. Para más inri, Redín anotó de penal al minuto 103. Para cualquier selección chilena esa es una sentencia de muerte. Sin embargo Chile salió al segundo tiempo extra (!) y en tres minutos, con goles de Astengo y Vera lo dio vuelta y clasificó a la final. Ahí nos esperaba como rival Uruguay, que al ser campeón vigente partió en la semifinal y eliminó al campeón del mundo Argentina 1-0 en la otra llave.
¿Y qué pasó? Renunciamos a nuestra identidad. Chile tenía un muy buen equipo, con Rubén Espinoza, Jaime Pizarro, y el Cóndor Rojas, sin embargo quisimos ganarles a los uruguayos de guapos. ¿Consecuencia? Antes de la media hora Chile jugaba con uno menos por expulsión de Eduardo Gómez. ¿Final? Perdimos 1-0.
Y quizás esa sea nuestra oportunidad. Jugar de igual a igual, pero con el fútbol como consigna. Argentina es el inmenso favorito, pero La Roja es local. En ofensiva son imparables, pero su defensa deja espacios para delanteros veloces. Todo apunta a que debería haber goles en ambos arcos, por lo que pensar en el control de daños podría ser una alternativa. Jugar con 11 es un deber, una expulsión temprana condiciona todo el partido, y así lo demuestra el ejemplo del 87 o Perú la semana pasada.
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