miércoles, 17 de abril de 2013
Evaluando la evaluación docente
Victoria.- Recientemente se han dado a conocer los resultados de la última evaluación y las autoridades educacionales han demostrado su satisfacción, puesto que el 77% de los maestros evaluados estuvieron entre los destacados y competentes y sólo un 23% correspondería a un nivel básico.
Que el gremio de los profesores nunca ha rechazado la evaluación docente, toda vez que es una ley que surgió de un acuerdo entre el MINEDUC, la Asociación Chilena de Municipalidades y el Colegio de Profesores. Lo que si se ha pedido y se sigue insistiendo, es en reformar este proceso que es engorroso, demasiado complejo y sin mayor trascendencia profesional para los maestros. El profesorado desea una evaluación que signifique un aporte para una carrera profesional docente y no medir por medir o para aplicar sanciones, porque hoy día de acuerdo a nuevas leyes que se han ido implementado, es un sistema absolutamente punitivo para el profesor, puesto que los docentes calificados como básicos, pueden ser, como se dice ahora,” desvinculados” del sistema.
A la luz de estos resultados y las cuentas alegres de las autoridades educacionales, se podrían hacer varias lecturas a nuestro juicio. Veamos:
Que es un absurdo medir la calidad del profesorado chileno aplicando una evaluación únicamente al sector municipalizado, que sólo constituye un 50% de los docentes del país (85 mil, frente a 89 mil del sector particular subvencionado).
Los profesores municipalizados están bien preparados y no son el problema cuando se habla de los malos resultados, o de la baja calidad de la educación pública. Desde este punto de vista, nos satisface el resultado de la evaluación 2012. Seguimos sosteniendo que la calificación de un profesor en la evaluación docente no tiene concordancia con el aprendizaje de sus alumnos, que es lo más importante. Así, profesores calificados como básicos pueden tener excelentes resultados con sus cursos y por el contrario, profesores destacados no demuestran esas “competencias” frente a sus alumnos.
Al lector común y corriente, habrá que empezar por explicarle que la evaluación docente es una prueba o medición que se aplica a los profesores municipalizados de Chile, para constatar sus conocimientos, sus habilidades y su desempeño pedagógico; podríamos decir que es equivalente al SIMCE de nuestros alumnos y de igual forma, sus resultados no son compartidos por el gremio de los profesores (las razones se podrían discutir). Este proceso de medición comenzó a aplicarse allá por el año 2oo3 y, según su escala de medición, un docente puede ser calificado como destacado, competente, básico o insuficiente.
Por último, no tiene mayor relevancia tener destacados más o destacados menos, ni básicos más ni básicos menos. Lo verdaderamente relevante es la formación integral, académica y pedagógica de los futuros profesores.
Que los resultados de la evaluación son objeto de ciertos reparos, especialmente en cuanto a la confección de los llamados “portafolios”, que es el instrumento de más valor en este proceso, y esto se debe a la gran cantidad de “especialistas” que ofrecen “ asesorías “ para su realización. Estos personajes han surgido de los equipos que revisan estos instrumentos (allí aprendieron el oficio).
Que no escapa a nuestra consideración que éste es otro negociado que se hace con la educación, en beneficio de las instituciones que se adjudican la propuesta para aplicar y realizar este proceso.
Dagoberto Fernando Bustamante Rios
Profesor con tres evaluaciones en los últimos 10 años de su carrera profesional.
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