Angol.- (José Hernández) Esta vez, el hecho le ocurrió a una mujer angolina llamada Bernarda Henríquez, quien conversó de manera exclusiva con LAS NOTICIAS DE MALLECO, para relatar el hecho que hasta hoy la afecta.
Todo sucedió a las 12:00 horas del pasado jueves, cuando salió desde su domicilio en dirección al sector céntrico, para cobrar la mensualidad de su jubilación, como lo hace cada mes y sin mayores inconvenientes.
Una vez realizado el trámite se dirigió a calle Lautaro para efectuar unas compras, en esos momentos fue cuando se encontró con unas amigas con quienes entabló una amena conversación, justo en las afueras del local comercial “La Estrella”.
Luego de ello, continuó su andar en dirección a calle Ilabaca, pero su tránsito fue detenido bruscamente en las afueras de la farmacia Ahumada, ya que justo frente a ella, un joven vestido formalmente como un ejecutivo la saludó amablemente, diciéndole lo siguiente: (según el relato de la víctima).
“Me dijo: Hola, ¿Cómo está usted señora? - y en ese momento yo me extrañé porque me buscaba conversación insistentemente, entonces en un momento me dice: “Recién vengo conversando con su hija Mary”. - Entonces como me nombró a mi hija, yo me dije, conoce a mi hija, entonces debe ser un amigo de ella y después de eso, me dice: “¿parece que usted no me conoce”? - y yo pensaba y pensaba para saber en dónde lo había visto porque su cara no me era familiar para nada, y después dice: “¿parece que usted no se acuerda de mi”? – y yo le dije que en realidad no sabía quién era” y me dice: “yo soy el Pato, amigo de su hija Mary, es muy buena persona ella”, - y agregó que él era jefe del supermercado Acuenta”, relató la víctima.
Después de mencionarle que era jefe del centro comercial, el individuo le dijo de manera tajante, que tenía listo el encargo de su hija.
“Mi hija no me había dicho nada de algún encargo, entonces yo quedé con la duda y le pregunté de que se trataba, a lo que él me dijo que era un pedido que le tenía, pero en eso me dijo: “justo ella me estaba hablando por teléfono y le dije que aquí estaba con usted” – y el tipo no soltaba nunca su celular y conversaba, porque lo llamaban y el llamaba, pero a mí no se me pasó nunca por la mente que me estaba engañando porque me cerré y le creí y lo peor es que en ningún momento me pasó el teléfono y tampoco yo se lo pedí para hablar con mi hija supuestamente, además que yo tampoco andaba con mi celular”, agregó.
Después de unos minutos, el joven le pidió que lo acompañara para ir a buscar el supuesto pedido, a lo que la mujer le mencionó que no podía porque debía pagar unas cuentas en las tiendas comerciales y en las compañías de luz y de agua.
“Cuando le dije eso, me dijo con voz alta: “No, vamos para allá primero porque tengo que seguir trabajando y después yo mismo la voy a dejar a su casa o si quiere la acompaño a pagar las cuentas” – y yo caí como una tonta”, reflexionó.
Debido a la insistencia del hombre, finalmente la victima accedió a acompañarlo en lo que supuestamente debía ser el retiro del pedido de la hija.
“Él tenía un furgón gris, yo diría del año y en ese vehículo fuímos, entonces íbamos por calle Prat en dirección al supermercado, pero una vez que vamos atravesando el puente Vergara uno, llega y me dice: “mmm … el teléfono otra vez”, habló con alguien y se mostró preocupado y me dijo: “sabe que le pasó un percance a mi jefe del supermercado y tengo que ir a la casa a buscar un vale, pero tengo que pagarle, entonces necesito que usted me pase la plata y después usted se arregla con su hija en la casa, ya?”, comentó la mujer.
El rumbo era normal por la avenida O´Higgins, hasta que a llegar a calle Baviera en el sector de la población Alemania, el hombre giró sorpresivamente a la derecha, indicándole a la mujer que debía descender del vehículo porque tenía que sacarle un pedido a un familiar desde un domicilio y no tenía espacio para otra persona, aunque en ningún momento olvidó cobrarle el dinero a la víctima.
“Yo debería haber reaccionado en ese momento, pero yo le creí y tuve que pasarle 56 mil pesos, que según él eran para el pedido y me dijo entonces que iba a buscar algo y volvía, para que fuéramos al supermercado a buscar el pedido de mi hija y me bajé para esperarlo, cuando de repente parece que me hubieran sacudido la cabeza y me dije para mí misma, “esta es talla, no es verdad” y así fue, porque no apareció más, yo lo esperé varios minutos, caminé mirando por si lo veía y finalmente tomé un colectivo para venir de inmediato a la casa a preguntarle a mi hija del asunto y ella me dice que no conocía a ningún Patricio o “Pato” y después fui a la PDI a poner la denuncia”, declaró resignada.
Según información recopilada, no sería el único caso que está siendo investigado por la Policía de Investigaciones de Angol, tanto en el sector urbano, como también en el sector rural, por lo que LAS NOTICIAS DE MALLECO recomienda en primera instancia verificar todos los antecedentes, mantener el beneficio de la duda, comunicarse siempre directamente con sus familiares y en el caso de ser víctima de alguna estafa de similares características, comunicarse inmediatamente al 133 de Carabineros o al 134 de la PDI.
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