Queule.- Una decena de muelles arrasados desde sus bases, más de veinte embarcaciones destruídas y un clima de incertidumbre reinaban ayer en la caleta Quele en Toltén.
Los pescadores aún recuerdan con claridad la gigantesca marejada que cerca de las 4 de la madrugada del sábado arrasó el lugar.
Habían pasado 30 minutos desde el terremoto que sacudió a seis regiones de Chile y los pobladores más antiguos de la localidad sabían que algo grande podía llegar a la caleta.
La embarcación “VLO” abandonada a 500 metros de la orilla del caudal y en medio de un potrero son la muestra clara de la furia de la inmensa columna de agua
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