Angol.- ( Jorge Toro Vergara) Trabajadores del Cesfam Huequén afirman que deben laborar en distintos inmuebles del sector, bastante separados unos de otros para lograr atender a sus pacientes.
El edificio original resultó seriamente dañado con el terremoto, por lo que la emergencia los ha obligado a estas medidas extremas para otorgar atención a la comunidad.
Cuantiosos daños dejó en el Cesfam de Huequén el terremoto que azotara a nuestro país el pasado 27 de febrero, los que han obligado a sus funcionarios a prestar su imprescindible trabajo en distintos inmuebles aledaños mientras se supera la emergencia.
Los funcionarios angolinos manifestaron su preocupación porque el cataclismo provocó serios problemas en los pilares del edificio, cadenas, techumbre y donde además se produjeron deterioros en las fichas de los pacientes, se perdió la cadena de frío y se rompieron muchas cañerías.
Pero lo que raya en lo insólito, es que estos problemas los han obligado a trasladarse a otros recintos distantes unos de otros y donde –aunque cueste creerlo- hasta los baños han debido ser cambiados de su función principal, pasando de ser servicios higiénicos a verdaderos box de atención, lo mismo que las bodegas, que han debido utilizarse como salas de informática.
Los médicos se han debido acomodar al interior de estos baños e instalando mesas y sillas logran atender a sus pacientes y donde los wc han pasado deser receptáculos de desechos humanos, a verdaderas “mesas auxiliares” en el cumplimiento de su función de atención profesional a la comunidad.
En un rápido recorrido, los propios funcionarios mostraron a este medio de comunicación las instalaciones, junto a miembros de la Junta de Vecinos y a los propios pacientes que solicitaban saber cómo se encuentra este importante centro de salud. Si bien uno pensaría que el estrés acosa a los funcionarios que deben laborar en salas estrechas y que no fueron construidas para funcionar como recinto de salud, prefieren tomarlo con calma y hasta esbosan sonrisas al verse trabajando a centímetros de una taza del baño.
La enfermera Bárbara Delgado, encargada del SOME y del SAPU, manifestó que en las primeras evaluaciones realizadas al consultorio se observó que el inmueble no estaba tan gravemente dañado. "Sin embargo, esto ha ido variando en el tiempo, porque ahora se está empezando a construir un ala del edificio, murallas techos y vigas centrales, por lo tanto hay que esperar hasta finales de abril para que entreguen la primera parte del consultorio. Además, una cosa son las reparaciones y otro es el problema de la comunidad, ya que estamos funcionado en dos sectores distintos en Huequén, bastante distantes uno del otro. Uno de aquellos es el sector Las Palmeras y el otro está en la escuela de Huequén, siendo una de las primeras tareas recuperar la información que fue dañada. En un arduo trabajo de todo el personal, logramos salvar gran parte de los documentos, hasta tuvimos que secar la fichas al sol, pero también temo que más de algún documento se haya perdido con esta emergencia”, sostiene.
El doctor Camilo Fuentes, comentó que debió trasladarse a un centro cultural de la comunidad, “lo que nos permite resolver solamente las urgencias, pero a partir de esta semana se retomará el servicio normal a nuestros pacientes porque los equipos dentales no sufrieron mayor daño, pero el consultorio está inutilizable. Por esa razón estamos trabajando con un equipo portátil que nos ha facilitado el Cesfam Piedra del Águila, que hemos instalado en una dependencia al lado del SAPU”.
El doctor Luis Ávila, confirmó que se encuentra laborando en un jardín infantil de la Junji, ocupando los servicios higiénicos de los niños. “Aquellos baños nos sirven como box de consulta. Estamos todos muy estrechos y mi llamado a las autoridades sería que el gobierno ponga más atención en La Araucanía, que también recibió daños considerables, especialmente la ciudad de Angol”, subraya.
El doctor Adolfo Meyer, afirma que su box también funciona al interior de un baño, agregando que "existe muy poco espacio físico y no tenemos otra posibilidad, necesitamos a la brevedad un lugar digno para atender a nuestros pacientes".
La matrona Eugenia Santander, afirma que "todos estamos empeñados en que pronto volvamos a la normalidad... más que por los funcionarios es por los usuarios, porque no están las condiciones óptimas de atención, pero cada uno realiza su trabajo lo mejor que puede; el esfuerzo es para evitar que se produzcan más problemas para los ciudadanos que están damnificados".
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