Lautaro.- Si bien el terremoto del pasado 27 de febrero no fue especialmente duro con la comuna de Lautaro, sin embargo destruyó importante íconos de la ciudad. Ejemplo de ello es la casa Verniory, en la que se debía levantar un museo, o el frontis de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, que resultó seriamente dañada en su interior y especialmente en el frontis. Y es que una grieta enorme atravesó la parte superior de parta a parte, tornándose sumamente peligrosa para el tránsito de los vecinos. Tras numerosas inspecciones se llegó a la conclusión que la parte superior del frontis debía ser demolida, una situación que a primera vista se veía bastante complicada por la cercanía de los cables y postes de luz, además de la envergadura y el peso de la mole de concreto a derribar.Es así como cerca de las 15 horas del pasado jueves se dio inicio al proceso de demolición. Con personal municipal y maquinaria pesada ubicada en calle O´Higgins, que fue cerrada al tránsito durante el lapso que duró la operación, un numeroso público se apostó en plaza de Armas para presenciar lo que sabían iba a ser un suceso histórico.
Con gran sangre fría, los trabajadores subieron a lo más alto del edificio parroquial premunidos de combos y lazos, operación en la que estuvieron cerca de dos horas.
Una vez bien sujeta la estructura, la maquinaria pesada entró en acción. La pregunta era cómo operar los lazos de manera de no dañar el tendido eléctrico. Ello se logró finalmente amarrando los extremos de los lazos a la pala en alto, de forma que al bajarla al nivel del suelo se tensaran lo suficiente para derribar la cúspide.
Cerca de las 17.30 horas un grito resonó de las gargantas lautarinos ubicadas en las inmediaciones del templo. Y es que la pala había logrado desprender la estructura en riesgo, la que había caído limpiamente sobre la arena previamente ubicada a las afueras de la parroquia.
La cruz no se rompió. Con una mezcla de emociones, los testigos de la demolición se apresuraron a sortear el polvo levantado por la caída para llevarse consigo un trocito de la historia de Lautaro.
El Alcalde Renato Hauri señaló que “este es un símbolo de la ciudad que quedó marcado por el terremoto. Hoy tenemos un compromiso de recuperar esta iglesia lo más pronto posible, y para ello estamos formando un comité de reconstrucción. La naturaleza nos hirió, pero debemos levantarnos con optimismo, y por eso llamamos a la comunidad de Lautaro a unirnos y reponernos. Por otra parte, estoy contento de que hayan sido equipos nuestros los que participaron de la demolición, ya que eliminamos de esta manera un peligro que estaba latente. Respecto del interior, hay una comisión técnica del obispado que tomará la decisión final”.
De esta manera, el enorme sismo del 27 de febrero cobró su cuota en la Ciudad del Toqui. Por estos días, la hermosa parroquia luce su silueta cercenada, y su cruz permanece en el suelo, lejos de las alturas que dominó por décadas y décadas.
Cabe destacar que el domingo, Domingo de Ramos, si dio inicio a la Semana Santa, donde se realizó la tradicional misa a las afueras del templo, con un importante marco de público.
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