Profundo dolor en Sede de la UFRO Angol por fallecimiento de uno de sus profesores, el abogado Sivestre Montero

Angol.- Gran consternación ha causado en directivos, profesores, alumnos, ex alumnos, personal administrativo y de servicio, de la Sede Malleco y Centro de Formación Técnica Teodoro Wickel Sede Angol, de la Universidad de la Frontera, el fallecimiento de uno de sus profesores, el abogado y ex concejal de Angol, Silvestre Montero Riffo. El director de la sede mallequina, Marcelo Carrere Ibar, en conversación con Este Diario Virtual, mostró su pesar diciendo “estamos y particularmente estoy muy acongojado con el fallecimiento de Silvestre, porque siento y estoy más que convencido que Angol ha perdido a uno de sus hijos notables.
Gran pesar ha causado en la sede mallequina el fallecimiento de uno de sus profesores, el abogado Silvestre Montero Riffo.
Un hombre de una sensibilidad sin igual, de una disposición para favorecer todas las iniciativas que de alguna manera iban a favor del desarrollo de esta ciudad capital de provincia. Un recuerdo que guardo de el cariño con que sus alumnos y ex alumnos profesan por él. Un profesor inigualable, con un amor hacia lo que es el proceso de enseñanza aprendizaje, igual siendo el de profesión abogado y la primera siendo bibliotecólogo”.
Gran interes por la cultura
Agrega, que “dentro de las conversaciones que tuve con él, que fueron muchas, siempre eran como interesar, como motivar a la gente acá en Angol por el tema de la cultura, de los valores, del crecimiento del espíritu, el tema de salir en busca de la verdad, no quedarse en un estado de comodidad y de tranquilidad, cuando se tiene entre comillas un buen pasar y ya el resto da lo mismo”.
“Yo también recuerdo de él un hecho que me llamó mucho la atención, por su claridad meridiana, porque estuvo de acuerdo junto con la Universidad de la Frontera, siendo Concejal, uno de los artífices la traída de nuestra carrera de Pedagogía de Educación General Básica. Me voy a quedar con el gratísimo recuerdo de que Silvestre Montero fue, no solo un buen ciudadano, no sólo un buen abogado, sino que también un muy buen profesor, un muy buen amigo, en el correcto sentido de la palabra, y un hombre de sólidos principios, en relación a lo que es la posibilidad de darle oportunidades a las personas de menos recursos”.