Señor Director y Editor:
Hace unos días leí la carta enviada por el Sr. Emilio Ananías, en la cual se manifestaba en contra del crecimiento en altura en Angol y me sorprendió el argumento que esbozó, sobre si hay argumentos técnicos que respalden la construcción en altura en un país como Chile, y personalmente creo que tal afirmación no toma en cuenta ninguno de los avances de la ingeniería y de las construcciones de Chile, existentes desde hace bastantes décadas.
Angol no debería quedarse en el pasado en lo que a planteamiento urbano se refiere, por ejemplo se podría pensar en hacer un edificio cívico que cuente con todos los servicios públicos en la calle Lautaro, frente a la Plaza de Armas, tal como ocurre en otras ciudades.
En conclusión, edificios bien construidos no deberían porque no resistir estos embates, que Chile lamentablemente tiene que sufrir de cuando en cuando. Siendo a mí parecer, muy apresurada la generalización que se realiza por el colapso de una cantidad pequeña de edificios que estaban ya sea mal construidos, o bien débiles por el paso de los años con la cantidad de sismos que ello implica sufrir.
Marcos Jara Sepúlveda.
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