Mina San José.- Los 33 mineros cumplen este martes dos meses sepultados a 700 metros de profundidad en un yacimiento en Chile, en óptimas condiciones físicas y mentales y con la expectativa de un rescate que se concretaría a partir de la mitad de octubre.
"Todos estamos felices de que este milagro se siga sosteniendo", dijo este lunes a la AFP Alberto Iturra, jefe de los psicólogos que trabaja de manera permanente con los 33 mineros y sus familiares, junto a un equipo de médicos e ingenieros.
Los mineros "lo han hecho todo bien, ha sido todo casi perfecto, ellos han roto todas las estadísticas y pronósticos científicos, porque es difícil que un grupo tan grande, en esas condiciones, sobreviva", remarcó el profesional haciendo un balance, cuando este martes se cumplen dos meses de que un derrumbe sepultara a los 33 mineros.
Primero se fijó "antes de Navidad" como fecha probable del rescate, luego comienzo de noviembre y finalmente la segunda quincena de octubre.
Incluso el presidente Sebastián Piñera sorprendió este lunes al expresar sus deseos de que el rescate se produzca antes del 15 de este mes, pues esa fecha debe emprender una gira por Europa.
"Espero poder rescatarlos antes de partir a Europa; para mí es muy importante compartir ese momento", afirmó Piñera en una entrevista radial.
Pocas horas después, el jefe del rescate, André Sougarret, señaló sin embargo que "hasta el momento no hay ningún antecedente nuevo que nos permita adelantar las fechas antes del 15 de octubre".
"Entiendo que el deseo de todos es salir lo antes posible, sin embargo no podemos correr ningún riesgo y tenemos que hacer lo que se requiera para perforar el pozo", afirmó Sougarret.
Por ahora tres perforadoras avanzan hacia los mineros, refugiados en un lugar a 700 metros de profundidad.
La T-130 (Plan B), la más avanzada y que concentra la mayor atención, llegó a los 464 metros y está a 166 de lograr su objetivo.
Simultáneamente trabajan la Strata-950 (Plan A) y la máquina petrolera RIG-421 (Plan C).
La primera se encuentra en los 587 metros sobre 702 metros pero una vez llegue debe recomenzar de cero para una segunda pasada que dé el diámetro definitivo -de 66 a 70 cm- del hoyo.
La RIG-421 está en los 232 m, le faltan 365 y actualmente está en labor de reposicionamiento pues tuvo un desvío de dirección.
Fue el 5 de agosto pasado cuando se produjo en derrumbe en la mina de cobre y oro San José, 800 km al norte de Santiago, atrapando a los trabajadores, 32 chilenos y un boliviano.
Diecisiete días después, en una jornada épica para Chile, los mineros fueron contactados a través de un hoyo de 12 cm de diámetro.
"Estamos bien en el refugio los 33" fue el mensaje que llegó a la superficie escrito en lápiz rojo, desde un refugio que hasta ese momento se asemejaba a una tumba para los trabajadores.
Fue el propio presidente Piñera quien, con el papel del mensaje en la mano, dio la noticia desde la misma mina San José. El mandatario incluso decidió no desprenderse de la nota, que usa como un amuleto.
Los familiares de los trabajadores que primero se instalaron en las afueras de la mina abrieron una suerte de campamento al que llamaron 'Esperanza'. Allí primero soportaron 17 días de incertidumbre, al no saber qué sucedió con sus seres queridos, y luego lo convirtieron como punto para aguardar el rescate.
"Los primeros 17 días fueron muy difíciles, los más duros, no sabíamos que estaban vivos", dijo a la AFP Griselda Godoy, madre del minero Carlos Barrios, de 27 años.
"Los momentos más duros fueron los primeros días. Los 17 días fueron muy fuertes, muy terribles, sin saber en las condiciones que ellos pudieran estar", coincide Gastón Henríquez, familiar del minero José Zamora, afirmó.
Ahora en cambio un clima de mucho optimismo se respira en las afueras de la mina, donde los familiares, deshojan margaritas para ver por fin a sus padres, hijos, hermanos, sobrinos o tíos.
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