
En el mes de enero pasado se esfumó la TPM de todo un año. ¿Qué clase de economía competitiva y justa es la que perjudica tan fuertemente a los ahorrantes en depósitos y beneficia irracionalmente en términos económicos a las instituciones financieras que reciben esos depósitos? Este comportamiento equivocado de la TPM incentiva la búsqueda de créditos con precios bajísimo para invertir en especulación, en comodities y en activos riesgosos y menos en la economía real como si lo hacen algunos grupos empresariales visionarios.
Esto podría explicar el alza de las bolsas y de muchas materias primas, en un mundo internacional y economía local que ha disminuido su tamaño y riqueza (PGB) en los últimos dos años, y que crece apenas con unos riesgos inmediatos y mediatos que aún están presentes, como: las deudas camufladas en empresas y en gobiernos de países desarrollados.
Esta irracionalidad económica, al desincentivar el ahorro y la sana inversión, en muchos casos se dirige hacia la especulación o a la inversión de riesgo lo que no se compadece con una economía que quiere ser sana y con fundamentos sólidos en el mediano y largo plazo.
Es de esperar que el nuevo gobierno escuche y tome en cuenta estas razones y haga los cambios pertinentes buscando soluciones no siempre obvias a la inteligencia e intereses particulares de diferentes grupos, para así crecer rápido, pero sanamente en nuestro país y la Región de ahora incorporadas al IPC.
Omar Villanueva Olmedo
Director OLIBAR Consultores Int´l
villanuevaconsul@gmail.com
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