Angol.- (Diego Ancalao Gavilán) El nuevo partido político debe presentar una nueva forma de pensar el país.
No debe ser una copia de lo existente y tampoco puede sustentarse sólo en el apoyo del sector descontento con la política, menos aun debe basarse en la crítica sobre los muchos errores que han cometido las coaliciones que actualmente administran al país.
Tampoco debe perderse en las rencillas con los sectores más ortodoxos de la izquierda, pues estos sectores no han logrado renovarse a sí mismos, con mayor dificultad podrían renovar la sociedad en general, es fácil ver que no se ha presentado desde ese sector un proyecto serio de país, más bien negocio su entrada al poder legislativo con el sector que históricamente ha criticado, ¿qué diría Allende? Que según Luis Moulian la única coincidencia vital que tenían era “la pasión por la política”, es decir, caer en la discusión de quien es más de izquierda que el otro no tiene sentido, el país necesita discusiones de altura.
Necesitamos un proyecto a la altura de los desafíos con nuevas propuestas para los nuevos problemas, capaz de incorporar a los jóvenes como motor de cambio real, Manuel Clutier (fundador del PAN en México) decía “los viejos no cambian, los jóvenes sí cambian”, de hecho el 11 de marzo será sólo un cambio más de presidente, pues no creo que cambiará la inequidad económica con un modelo que se lleva todo cuanto el país produce, tampoco creo que cambie la participación política que permita que los actores sociales sean también actores políticos con poder de decisión, porque veo que Simón Bolívar no equivocó su tesis cuando le responde al delegado francés Charles De Bresson: “para mantener el orden, es conveniente establecer gobiernos que, bajo mascaras republicanas, se aproximaran al poder dinástico”, pues bien, el sistema republicano no ha cambiado mucho desde la independencia.
Es por esto que el nuevo partido debe ser capaz de entregar al país una declaración de principios que invite a todos los chilenos y que se ubique sobre los dogmas de la derecha y la izquierda, debe entregar al país el proyecto que necesitamos y que nos haga pensar en lo que debemos ser y no en lo que no fuimos o lo que somos, debe ser un vehículo que nos lleve a la equidad, la justicia social, económica y que habrá las puertas al desarrollo.
Si no se concentra la energía en un intenso trabajo organizacional y de estudio será un movimiento muerto, por ello debe ser capaz de proponer la sociedad que necesitamos e invitar a la sociedad a participar de lo que sueñan llegar a ser, es por esto que un movimiento de este nivel no puede sustentarse en el carisma de una sola persona, un referente político serio debe tener contenido y equipos de líderes en todo el país.
Para que un movimiento político nuevo que da un paso a transformarse en un partido político y que hoy no cuenta con representación en el parlamento obliga a sus líderes a ser intelectualmente agudos, cosa que creo se alcanzará, pues hay parlamentarios que creen que Malleco está de bicentenario. Según la bibliografía, La Araucanía pasó a territorio nacional el año 1881, es decir, esta región cumple 129 años de República a la fecha.
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