Victoria.- (Manuel Burgos Lagos, Periodista) Un acto en la puerta del Cementerio de esta ciudad, seguida por no menos de 200 ex institutanos y público venido de diversos puntos del país, fue el inicio de una inolvidable jornada protagonizada por un religioso que, llegó desde San Javier a servir como apóstol del Señor a esta comunidad, hace 89 años atrás, en el terreno educacional y espiritual….. el Reverendo Padre Laureano Antonio Muñoz González.
Allí, ante la cureña que contenía sus restos, encabezaron la ceremonia, el rector del Instituto Victoria, padre Patricio Gavilán, el presidente del Centro de Exalumnos del colegio, Rolando Maza; el ministro de la Corte de Apelaciones de Temuco, Julio César Grandón, familiares del religioso, como egresados del plantel de los padres del blanco sayal, pertenecientes a los diferentes ámbitos del quehacer nacional y provenientes de Iquique, Calama, Copiapó, Santiago, Valparaíso, Concepción, como de diversas ciudades de La Araucanía y del sur del país.
Una ofrenda floral, depositada por el religioso, acompañado de Maza Rival, testimoniaron el recuerdo para otros dos ministros del Señor que allí descansan; profesores, ex alumnos y auxiliares, tras, lo cual, el cortejo se dirigió al centro de la ciudad, y portando la urna, ex alumnos del padre ministro, que se fueron turnando cada cierta distancia.
¡Bienvenido a su casa … Padre…!
En la Parroquia de Nuestra Señora de La Merced, gran cantidad de feligreses esperaban al “Cura Muñoz”, como el sacerdote oficiante, y superior de la Orden Mercedaria en Chile, reverendo padre Mariano Labarca, junto al rector del establecimiento, que concelebró la Misa; el alcalde de la Comuna, Hugo Monsalve, los concejales Patricio Villablanca y Alberto Francois, padres y apoderados, socios de AMICAT y un público que hizo estrecho el recinto.
Tras la vibrante homilía del padre Labarca, hablaron Rolando Maza y Julio César Grandón, quien hizo un trazado de la obra del padre Laureano, anécdotas, instituciones a la que asistió, pero claro, de su labor religiosa, que inspiró a muchos a seguir el camino del sacerdocio, como el anterior párroco, hoy en Quillota, reverendo padre Guillermo Cartes Jofré.
Otro momento emotivo lo constituyó, el traslado hasta su tumba definitiva, construida en la nave oriente del templo, con la frase… “Descansa en Paz”.
Terminado el oficio religioso, los exalumnos, junto a los clérigos, se dirigieron al colegio para recordar su paso por las aulas y compartir en el gimnasio “choripanes” y trozos de asado, exquisitamente preparados por los mismos integrantes del Centro, finalizando la vibrante jornada con el Himno del Instituto Victoria, tema que hoy fue cambiado por otro afin a todos los planteles mercedarios del país.
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