Gran asombro e indignación ha causado en la opinión pública y tanto en esferas de educación municipal como de la particular subvencionada de nuestra ciudad los grandes escándalos financieros que estremecen al Gobierno y al Ministerio de Educación, en el rubro de las subvenciones o subsidios que cancela el Estado tanto a escuelas municipalizadas como a particulares subvencionadas como el subsidio que hizo implantar el gurú del mercado Milton Friedmann en el gobierno militar, y que terminó adoptándose. Así se municipalizó la educación, se dio rienda suelta a la fundación de colegios, instituciones educacionales hasta de nivel superior, incluso universidades que hoy suman en el país en dos decenas más que el medio centenar. Se abolió la educación pública y el Ministerio de Educación que proveía la educación del Estado pasó a convertirse en una caja pagadora de los subsidios o subvenciones. Se perdió el Estado Docente, se perdió la función esencial que debe atender cada país para educar sus generaciones fijando una política educacional que debe ser el espíritu y cuerpo de toda nación. Con ello no se quiere ofender a colegios subvencionadas de gran prestigio y tradición, porque en lo que respecta a Victoria mal podría hablarse que imparten una mala educación, o que en ellos se han descubierto oscuras maniobras falseando datos sobre matrícula; lo que sí ha sido comprobado en Santiago y provincias; donde sostenedores inescrupulosos abultan las cifras de matrícula o asistencia, por no existir control de la autoridad -el Seremi o por la mala fe que guía sus negocios.
Los agujeros negros del firmamento educacional se están tragando a las autoridades del Ministerio, incluyendo a la Ministro que descansa en el Seremi, ya separado del cargo y todo el conjunto con serias acusaciones de la Contraloría General de la República.
La cancelación de las subvenciones por parte del Ministerio a los colegios es de 40.000 por alumno que asiste a clases. El mismo colegio hace las listas y cobra, sin que exista mayor control ya que a nivel nacional hay sólo 200 inspectores y en total son 3.789.448 alumnos, la inspección es mínima y, más aún hay personas inescrupulosas que «hacen andar colegios» sin los requisitos cumplidos y amparados por funcionarios estatales del Ministerio de Educación, que reciben millonarias coimas a cambio de los respectivos Vº Bº para reconocer el colegio y así pagar subvenciones brujas. Todo se está viendo en este escándalo, que hace reflexionar ¿el porqué este Ministerio pasó de eficiente y ponderado en todo el mundo a convertirse hoy en motivo de la mayor crítica ciudadana?
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