Araucanía.- (Tatiana Cáceres) “Construir estas cárceles segregadas y permitir que los presos puedan rehabilitarse es el cambio más serio para lograr disminuir la delincuencia”, afirma. El senador Alberto Espina asistió el jueves pasado al lanzamiento del plan carcelario del Gobierno que busca reformar, integralmente, el sistema penitenciario con el objeto de abordar la profunda crisis que existe en el país en esta materia y reforzar la lucha contra la delincuencia.
En la ceremonia, encabezada por el Presidente Sebastián Piñera; el ministro de Justicia, Felipe Bulnes; y el ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminihac, se anunció la construcción de 4 nuevas cárceles que incrementarán en 8.800 el número de plazas, reduciendo el hacinamiento en un 15%.
El senador destacó, principalmente, que el diseño de estos nuevos recintos penitenciarios permitirá la segregación de los internos según su grado de peligrosidad.
“La construcción de estas nuevas cárceles, debidamente segregadas y la política de reinserción y rehabilitación social que se va a impulsar en estos recintos es a mi juicio el cambio más importante que se ha hecho en Chile para iniciar por primera vez un verdadero proceso de rehabilitación de los presos que cometen delitos menores y de aislamiento para los que cometen delitos más graves”, señaló Espina.
Según cifras entregadas por el ministerio de Justicia el 40% de la población penal responde a personas de baja peligrosidad, 50% son de mediana peligrosidad y sólo un 10% es de alta peligrosidad. Actualmente no se reconocen las diferencias entre los distintos tipos de presos, ya que son recluidos en un mismo tipo de cárcel, lo que facilita el contagio de las malas prácticas.
Por ello este plan contempla la construcción de un Centro de Clasificación y Derivación, con capacidad para cerca de 2.000 reclusos, en el que los condenados permanecerán 30 días para su evaluación y, posteriormente, serán derivados según su grado de peligrosidad.
También se edificarán dos cárceles para presos de baja peligrosidad, cada una con capacidad inicial para 2.400 internos. En éstas se tendrán a los presos en pabellones o dormitorios comunes y se dará especial énfasis a la rehabilitación.
La cuarta cárcel será para presos de alta peligrosidad. Este recinto de máxima seguridad albergará a cerca de 2.000 internos en celdas individuales y será destinada a presos refractarios a los planes de rehabilitación, que representan un riesgo para los gendarmes y que buscan persistentemente seguir delinquiendo.
“Creo que esto es el inicio en Chile de una etapa totalmente distinta a como se había abordado este tema en el pasado. La rehabilitación en nuestro país en la práctica no existe.
El construir estas cárceles y permitir que presos de baja peligrosidad puedan trabajar e incorporase a procesos de rehabilitación es el cambio más importante, más serio para lograr disminuir la delincuencia”, agregó el senador Espina.
MONTOS
Este plan tiene una inversión cercana a los US$410 millones. US$ 320 millones serán utilizados en la construcción de las cuatro nuevas cárceles. US$40 millones para la remodelación y ampliación de penales ya existentes y US$50 millones para la terminación de la cárcel de Antofagasta.
Este es el cuarto eje de los cinco que considera el rediseño de fondo al sistema penitenciario definido por el ministro Felipe Bulnes. Tres de ellos ya se encuentra en marcha: uno es el perfeccionamiento de Gendarmería, otro son las medidas para el uso racional de la cárcel y el tercero el fortalecimiento de las penas alternativas. El quinto eje se refiere a potenciar la rehabilitación y reinserción de los condenados a través del estatuto laboral del preso, proyecto que será enviado al Congreso durante este año.
MENORES
El senador manifestó que los procesos de rehabilitación deben concentrarse mayormente en el mundo de los menores y de los jóvenes.
“Un joven tiene muchas más posibilidades de rehabilitarse, de reinsertarse socialmente, de salir del mundo de la delincuencia y creo que este plan del Gobierno es un camino francamente de mucha utilidad para rescatar sobre todo a niños que entran al mundo del delito”.
Aunque agregó que para ello es necesaria una verdadera revolución en el régimen carcelario que existe de internación cerrada de los menores, ya que en algunos de estos centros “las condiciones en que atienden a los niños son francamente inaceptables”.
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