Victoria.- Señor Director y Editor:
A través de la presente, deseo entregarles mi saludo y especial reconocimiento por su noble labor a los Profesores Normalistas. Para mi es un alto honor que me compromete y reconforta, tener la oportunidad de dirigirme a ustedes en una fecha tan especial, y significativa para los Maestros y Maestras Normalistas de la Ciudad de Victoria, que también es mi ciudad.
Profesores y Profesoras que marcaron mi vida, con vocación de servicio, Maestros con formación profesional, reconocidos por siempre, incluso más allá de las fronteras, con espíritu de superación, preocupados no sólo de sus alumnos, si no de toda su comunidad, amantes de la naturaleza y respetuosos de ella, hombres y mujeres forjadores de nuestra Patria; bondadosos por esencia y solidarios, consecuentes y críticos, amantes de la democracia y muchos otros valores que los enaltecen; esos mismos valores que hoy añoramos de esas Escuelas Normales plasmadas a lo largo de todo Chile,
Cada uno de ustedes, sin duda, entiende la escuela como el centro de la actividad cívica, escuelas donde la ciencia, la comunidad, el deporte, las artes y la creación constante fueron, y seguirán siendo, los ejes fundamentales para la construcción del hombre pensante y libre, democrático y crítico. Ese tipo de Escuela, que a juicio de todos nosotros, es la única forma de terminar con los hombres y mujeres de segunda y tercera clase; esa Escuela que permitía la movilidad social y fomentaba la fraternidad e igualdad entre sus alumnos, profesores y funcionarios; donde el hijo del obrero, del profesor, del abogado, del doctor y del ingeniero convivían en armonía. Sin discriminación de ninguna índole.
Yo siento que soy fruto de todos ustedes y por eso me corresponde seguir la “Senda del Maestro”, esa senda que mostró el camino a las nuevas generaciones, esa senda que cada uno de ustedes señaló a sus discípulos y que quedó grabada por siempre en nuestra piel, en nuestro corazón y en nuestra alma.
Colegas... Mi maestro normalista tiene nombre y apellido: Sergio Gajardo Delgado, mi padre, y permítanme encarnar en él todo el respeto y admiración que siento por ustedes.
Vivimos momentos complejos, con un gobierno que tiene una agenda privatizadora, en que nuestra labor docente es criticada en forma injusta culpándonos de todos los males de la Educación; frente a esta coyuntura, mi compromiso con la Educación Chilena es seguir en la lucha para terminar con la Educación Municipalizada, y el Estado Subsidiario, lograr que en definitiva se pague a cada uno de los Profesores y Profesoras todo lo que el Estado les adeuda y que el Gobierno reconozca y asuma que es su responsabilidad terminar con los sueldos y pensiones miserables cuando, luego de una vida entregada a la Educación de los niños y jóvenes de Chile, llega el justo y nunca reconocido descanso.
Sois un ejemplo y un baluarte que jamás debe ser olvidado, pero que siempre debe ser imitado.
Para cada uno de ustedes, Profesores y Profesoras Normalistas de Victoria, un Abrazo Fraterno
Sergio Gajardo Campos
Secretario General
Colegio de Profesores de Chile AG.
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