La denominada “Mesa del salmón”, no es redonda como la del Rey Arturo. Allí los pescadores y los pueblos ordinarios no se sentaron con igualdad de derechos.
El Pasado, martes 28 de abril la Comisión Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos analizó el proyecto que modifica la Ley General de Pesca en Materia de Acuicultura. El gobierno, despachó el 8 de Enero de 2009 esta iniciativa, cuya principal consecuencia será la creación de barrios salmoneros. No podemos entender por ésto, más que una expropiación de grandes sectores de las Aguas Interiores del Mar Austral, para prodigárselo a la Industria Salmonera.
Estas aguas, son en la actualidad las áreas de operación de la Pesca Artesanal Austral y base del Turismo en la Patagonia. La aprobación de la iniciativa será, además, un embargo de los derechos a la Pesca Artesanal y las Comunidades mapuche-lafkenches de la zona meridional.
Todo indica que, la Comisión de Pesca y Acuicultura de la Cámara de Diputados, presidida por el diputado Pablo Galilea (RN), aprobará esta privatización del mar. Seremos, entonces, el primer país del mundo en sentar este desastrado antecedente.
Las empresas salmoneras, podrán integrar estas concesiones, bienes de todos los chilenos, a su patrimonio y luego hasta empeñarlas ante la banca. Se les otorga esta desmedida merced, a un sector que ya acumula una deuda total de US$ 2.500 millones con esas entidades.
La iniciativa contraviene, incluso, el artículo 585 del Código Civil. Según éste, “las cosas que la naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres, como el alta mar, no son susceptibles de dominio, y ninguna nación, corporación o individuo tiene derecho de apropiársele”.
Las aguas interiores de Chiloé, que se desean privatizar, son reserva para uso exclusivo de la pesca artesanal, ello lo establece el artículo 47 de la Ley de Pesca. Estas modificaciones, sencillamente extinguirán la actividad pesquero artesanal. Los bancos comerciales, futuros propietarios, podrían hasta impedir el libre tránsito de las embarcaciones.
Ya ante las actuales generaciones, es difícil explicar cómo la dictadura restó la propiedad de las aguas a los chilenos. Ahora deberemos asumir una iniciativa surgida en democracia, que nos despoja del mar y conduce a la pesca artesanal hacia el exterminio. El único sector que ha hecho un manejo sustentable de lo recursos marinos.
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