Internacional.= Al hablar de delfines es inevitable pensar en ellos como animales carismáticos, inteligentes y pacíficos. Sin embargo, por primera vez investigadores observaron que los adultos machos pueden atacar, e incluso matar, a las crías de su misma especie, tal como lo hacen otros mamíferos en la naturaleza.
La bióloga marina brasileña Mariana Nery, que actualmente realiza un doctorado en la Universidad Austral, en Valdivia, fue una de las testigos de este hallazgo -en diciembre de 2006-, que acaba de ser publicado por la revista Marine Mammal Science.
En aquella fecha, Nery y la investigadora Sheila Simao, de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, observaron cómo un grupo de seis delfines tucuxi se aproximaron a una hembra con su cría en la Bahía de Sepetiba, en Brasil. Los delfines tucuxi (Sotalia guianensis) habitan frente a la costa atlántica, entre Nicaragua y Brasil.
"Cuatro delfines atacaron a la madre mientras los otros dos separaron a la cría, la lanzaron al aire y luego la sumergían, varias veces, o la golpeaban con la cabeza o con las aletas", cuenta Mariana Nery a "El Mercurio". A juicio de las investigadoras, las heridas que recibió fueron fatales, pues no volvieron a ver a la cría en los días posteriores, sino sólo a la madre.
Todos ellos forman parte de una población de delfines que vienen estudiando desde 1994. Se sabe que los tucuxis suelen ser agresivos entre ellos en época de apareamiento, pero no se había visto que tuvieran esa conducta con miembros más jóvenes de su especie.
Un aspecto que llamó la atención de las investigadoras es que rara vez se ven grupos de delfines compuestos sólo por adultos, como en este caso. "Podemos imaginar que eran machos y que intentaban abusar de la hembra", dice Nery.
"Las hembras pasan mucho tiempo con la cría (de uno a tres años). Una de las posibles explicaciones para el infanticidio es que sacando a la cría, la hembra queda disponible para el apareamiento. Además, así la cría es de quien ataca y no de otro macho. Los leones hacen eso con frecuencia, al igual que otros mamíferos".
Aunque ya se tenían registros de infanticidio en otra especie de delfines, ésta es la primera observación directa del hecho, pues antes se habían encontrado cadáveres de crías con marcas atribuibles a ataques de adultos.
Nery reconoce que el hallazgo aporta nuevos datos sobre los delfines, pero enfatiza que no se deben descontextualizar. "Es difícil trabajar con animales porque muchas veces los humanizamos, tanto para bien como para mal, y es un error. Los delfines que atacaron a la madre y su cría no son 'malos', simplemente siguen su instinto".
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