lunes, 8 de diciembre de 2008

Suizos en Victoria En su 125 Aniversario Llegada de los Colonos Suizos




Teodoro Schifferli, un descendiente puro del Colono, habita la casa de sus ancestros, donde nació la Sociedad de Socorro, más tarde la Sociedad Suiza de Victoria.
Tiene 68 años, su mirada parece de desconfianza, pero no, él -diríamos- aparenta recoger lo que sus ancestros tuvieron que vivir...inseguridad al principio, medios huérfanos, el asalto a sus casas ejecutado por los bandoleros de esa época que no tenían piedad con su gente... Es descendiente puro del colono Augusto Schifferli, venido de la vieja Europa, que sólo sabía, que venía al fin del mundo.
Teodoro Schifferli, vive en la casa que construyó el colono y vaya que tiene historias esta casona. Se ubica en lo que otrora fue el fundo Helvetia, hoy reducido a no más de 40 ha, pero rodeado de bosques y a un paso de la ciudad, a continuación del aeródromo (Victoria) así que el terreno vale oro. Pero lo que más vale aquí, son los recuerdos, la historia de esta familia de inmigrantes. Cuando uno llega hasta este lugar entra a la casa por el sector posterior, es decir por la cocina. El frontis de la vivienda, retrata esa construcción que data de fines de 1800; alta (para aprovechar mejor la madera decían los antiguos) y revestida con lata en cuadritos (para proteger el traslapo de las inclementes lluvias) Y en su interior, toda una novedad. Pintada con un esmalte que imagina el muro como un verdadero mueble. Don Teodoro nos dice que limpiando el cielo raso para rematarlo con pintura se encontró con que había un grabado que simboliza la bandera suiza; así que continuó en su tarea y decidió retocar el trabajo que alguna vez, un ascendiente suyo hizo lo propio.
Las fiestas en esa casa tienen que haber sido de jolgorio. Nos relata que la Sociedad de Socorro como se llamó originalmente, la que es hoy la Sociedad Suiza de Victoria, nació precisamente en esa casa, así que es de imaginarse que cada rincón de este patrimonio familiar, debe tener más que una historia que contar.
Y don Teodoro, junto a su mujer doña Herminda Carrasco Yáñez, han laborado toda su vida allí. Sembrando, criando aves, corderos, pavos; produciendo chicha de manzana, un rico jugo, que el que tiene oportunidad de ir a visitarlo puede degustar. Once hijos, Ricardo, Erika, Cecilia, Yanet, Mariana, Teresa, Alex, Isabel, Cristian y Gustavo, son el fruto del amor y que hoy diseminados por todo Chile, son la simiente de los Schifferli en busca de un futuro mejor.

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