Cholchol.- A través de un emotivo funeral mapuche, la familia de Antonia Blanco Palma le dio la despedida a la anciana más longeva de Chile, quien dejó de existir a la edad de 118 años.Sus 9 hijos, 16 nietos, 20 bisnietos y 16 tataranietos le dieron la sentida despedida a esta emblemática mujer, condecorada con la medalla Bicentenario por parte del Gobierno de Chile el pasado año 2010. Solo Hablante de Mapudungun, esta mujer vivió toda su vida en la comunidad de Dollinco, en la comuna de Cholchol siendo un verdadero ícono de longevidad para todo un país, secreto que en vida aseguro se debió a sus desayunos, los cuales estaban constituidos de leche con harina tostada. Con emoción, sus familiares le dieron el último Adiós a la denominada Mujer Bicentenario, un funeral mapuche donde los dolientes pusieron mudai, mote y pan para despedir los restos de esta emblemática anciana. A su funeral asistió el Seremi de Gobierno, Juan Carlos Fernández y la alcaldesa de la comuna de Cholchol, Violeta Cea quienes dieron la despedida a esta insigne mujer. Durante el sepelio, su hijo menor Francisco Carilaf, manifestó “Mi madre disfruto de sus días en esta tierra, nos crio bien, no tengo tristeza porque su cuerpo quería descansar, cumplió su meta, la cuidamos hasta el Final y nos sentimos orgulloso de lo que ella significó. En la ocasión, el SEREMI de Gobierno, Juan Carlos Fernández expresó “No podíamos estar como gobierno ausente, la mujer bicentenario el año pasado se le entrego la medalla en reconocimiento al tremendo legado que nos deja hoy día como Chilenos, ella deja una historia maravillosa con su familia y su comunidad, con una vitalidad difícil de encontrar, orgullo de participar de la despedida de una mujer que ha dejado un tremendo legado el cual se trasmitirá de generación en generación” indicó el Vocero Regional de Gobierno.
De todas partes concurrieron personas para darle el último adiós a Antonia Blanco, quien todo el cariño y cuidados de su comunidad indígena y sus nietas quienes la cuidaron hasta el último momento.
Quienes la recuerdan se sorprenden de su imperturbable memoria y lucidez, donde pese haber perdido el sentido del oído y la visión, compartía relatos en mapudungun con las cuatro generaciones a quienes dio vida.
Su despedida se realizó en el cementerio mapuche del sector, donde tras rituales, oraciones y sentidas palabras de sus familiares se le dio sagrada sepultura a esta gran mujer, la más longeva de nuestro país y que representa la fuerza y vitalidad de los representantes del pueblo mapuche.
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