Victoria.- (Gabriel González Villarroel, Profesor) Título muy completo y de muchas pretensiones pero tremendamente vacío si no se sabe tratar. Sin duda alguna cuando hablamos de esta actividad inserta en medio de una comunidad de personas, la pensamos de una profundidad democrática inobjetable y trascendente. Pero, qué lejos estamos de esa realidad cuando vemos a los ‘ciudadanos que no hacen ciudad’ y no porque no la hagan sino porque simplemente las instancias no existen, no se promueven los espacios y no se motiva ni provoca a las personas a hacerlo. Las personas están deseosas de hacer “la ciudad que sueñan”. Qué hermoso sería ver a los ciudadanos haciendo ciudad; radicalizando sus pensamientos; personas con el poder cívico capaz de convertir los espacios en que se desarrollan en verdaderos centros de actividad pública y no privada, materializando iniciativas colectivas. Por ejemplo, que los árboles plantados sean del tipo que deseen y estén donde los deseen tener. Que las calles lleven nombres de personas de reconocido pasado. Que las actividades deportivas, sociales y culturales que se programen estén de acuerdo a los intereses, al crecimiento y al desarrollo de cada uno de los pobladores. Así también, éstas cuenten con un presupuesto de inversión Local capaces de ser mantenidas en el tiempo y no sean de aparición cíclica u oportunista pero no nos iremos por este lado porque suena mucho a retórica.
Que estas actividades sean llevadas a cabo, plasmadas, organizadas o patrocinadas por Organizaciones civiles nacidas del seno poblacional y empoderadas por el gobierno local, ese es el punto, y que reconocidas por las autoridades quienes junto con incentivarlas, las financien, las supervigilen y las fiscalicen.
Para que la Participación Ciudadana sea una acción verdadera, real y sana debe utilizar términos muy delicados que se refieren a la Transparencia, Probidad y Confianza. Estas acciones comunitarias mal aplicadas pueden limitar muchísimo la tarea democratizadora de la Participación Ciudadana al grado de desmotivar a los protagonistas.
La Monopolización del Movimiento es otro de los grandes cuidados que debe tenerse, o precaución, al momento de insertarse en comunidad, por ello en el proceso de aplicación debe constar una revisión permanente del proyecto, recordando que esto es una cosa pública muy lejos de ser privada.
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