
El extinto fue despedido por sus colegas asistentes de la educación, entre ellos su presidente, Ricardo Latorre, quien dirigió palabras muy emotivas, lo mismo que la inspectora general, Edda Adasme, quien lo recordó como un excelente funcionario. “Era amigo de todos, siempre tenía una sonrisa muy amable”, afirmó.
Carlos Olave ahora descansa en el Cementerio de Purén, donde finalmente fue despedido por el pastor Vicente Soto.
El fallecido trabajador era asistente de la educación y dejó de existir tras una larga y penosa enfermedad que debió soportar durante más de un año, lo que causó gran dolor en la comunidad purenina, donde era muy conocido.
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