Victoria.- (Gabriel Servanti) Estamos” tan politizados, tal vez por culpa de los diarios que si no tienen una tragedia aérea como la de Polonia, o algo parecido, se quedarían sin tema; si no fuera por la política, que yo, conciente de la inutilidad de mi opinión, no puedo resistir la tentación de meter mi cuchara en esa “sopa” (o “carbonada” debí decir más bien, por la cantidad de “cosas cuadradas y también algo sólidas con que chocó mi cuchara).
No sé si mi “reacción” es con quién opina algunas burradas o con el diario que las publica. Por ejemplo: “La represión policial será un sello de este nuevo gobierno” opinó un tal Ángel Pérez, de indudable tendencia anarquista, culpando a Carabineros que, con su intervención, había provocado los desmanes últimos ¡Como no! si hasta la Sra. Bachelet, también opinó, en una oportunidad, que los Carabineros habían actuado con “rudeza innecesaria” (algo así). Estoy seguro que “el sello” de este gobierno no será la represión, la persecución, ni la rudeza de la policía, sino que será la libertad, el respeto a las leyes, el orden y la justicia (todo lo contrario de lo que pasa en Cuba, que algunos despistados parecen añorar y que habrían deseado para Chile).
No recuerdo haber visto por televisión alguna reunión destinada a “manifestarse, reclamar porque sí o porque no, por sus derechos a ocupar libremente los espacios públicos y un cuanto hay”, sin que esto haya terminado, supuestamente por culpa de los Carabineros, en destrozos millonarios en los pobres espacios públicos. No se puede culpar a la política de todo lo malo que sucede en un país, como Chile, que tiene permitido, casi instituido por ley, un desequilibrio, entre los derechos ciudadanos, sus obligaciones y sus buenas costumbres. El problema comienza en el hogar donde los padres no pueden dominar a sus hijos. Sigue en las escuelas, con profesores imposibilitados hasta de llamarles la atención a sus alumnos, sigue en las reuniones de los centros de padres y apoderados donde no falta la “mamá de su niñito” que pida la palabra para decir: “yo, a mi hijo, no permito que lo toquen ni que lo reten”… Son muchos los culpables, el sistema no funciona y alguna vez algo habrá que hacer.
Punto bien aparte. ¿Qué es un cónclave? Por no tenerlo bien claro, consulté mi viejo Diccionario, de la lengua española, del año 1967 donde leí: Cónclave: “lugar donde los cardenales se juntan para elegir al sumo pontífice”. Como por estos lados, estamos escasos de cardenales, deduzco que en Chile se llama Cónclave a cualquier y vulgar reunión política, para darle alguna “relevancia” a los cerebros convocados. A uno de éstos se citó para saber qué había sucedido el día 17 de Enero recién pasado y ¡buscar a los culpables! Soy ciudadano elector y estoy obligado a dar mi opinión, ya que creo conocer, o más bien sospechar, cual es el problema en discusión.
En primer lugar hay que tener bien claro que ese día fatídico resultó elegido Piñera, Presidente de Chile y descartar a MEO como culpable ya que él, debiendo “mojar” a Frei, sólo lo “salpicó”, dejando en claro la inutilidad de haber ido a una segunda vuelta. Creo que los culpables son, o están, entre los muchos que durante 20 o más, dijeron que “consultaban a las bases”, entiendo que se referían al pueblo, ¿En qué momento se hizo? ¿Sin moverse de sus oficinas en Santiago? Estos añejos caciques mal acostumbrados, olvidaron, o no se les ocurrió, consultar a esas “bases”, para elegir candidato. ¡Por ahí andan los culpables! En eso se pueden entretener, hay tema de más, para un “cónclave”.
Ahora, no les queda otra salida, unirse y controlar firme a Piñera y sus Ministros. Si se descuidan se corre el “riesgo” de que al nuevo gobierno le vaya bien y que, a pesar del terremoto, pueda cumplir con la mayoría de sus promesas y buenas intenciones. Aproveché el citado diccionario para consultar: “fáctico”, que se está usando mucho. No aparece, debe ser una palabra muy moderna. El que sepa, por favor me lo hace saber. Puedo necesitar su uso correcto en alguno de mis comentarios.
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