Obispo Vial llama a doblar solidaridad con los damnificados de Haití "Al evaluar misiones desarrolladas en Victoria"

Victoria.- (Manuel Burgos Lagos, Periodista) Crear conciencia en la gente para, que en la presente semana se pueda aportar fuerte como Iglesia, llamó el Obispo de la Diócesis San José de Temuco, monseñor Manuel Camilo Vial Risopatrón, solidarizando con los miles de personas afectadas por el terremoto ocurrido en Haití.
El prelado sostuvo estos dichos en cita de medios informativos, durante una jornada de evaluación realizada aquí durante quince días. En comunidades mapuches y campesinas, de la jurisdicción de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Muy conmovidos
“Estamos extraordinariamente conmovidos, porque, si ya lo estábamos con la pobreza de ese pueblo, con el abandono de ese pueblo, con los problemas que hay, el problema del Sida, las enfermedades, el hambre, la falta de trabajo, la corrupción; si eso nos impactaba mucho, hoy, esta catástrofe es dramática, se dice que hay más de 100 mil muertos pero también son millones de personas que han perdido sus hogares, que están heridos, que no hay, ni agua ni comida para subsistir”, mencionó el religioso, llamando a hacer oración por ellos y que los lleve a ser muy solidarios con las campañas que se van a iniciar.
Explicó que ya está en desarrollo la campaña de Caritas Chile, de Cáritas Internacional, las que hacen los gobiernos. Añadió que, como Iglesia de la Diócesis San José de Temuco, este fin de semana, hacer conciencia en la gente para hacer un gran aporte y así ayudar estas comunidades para salir adelante.
40 Seminaristas
Cuarenta seminaristas, sacerdotes, religiosas y laicos participaron aquí, durante dos semanas en la Misión de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de esta ciudad. En especial, lo hicieron en las comunidades mapuches de Sánchez, de Pailahueque, en Las Cardas y Trangol, llevando la persona del Señor a la convivencia con sus habitantes.
Junto al párroco, presbítero Carlos Aedo, Vial reconoció que los misioneros fueron muy bien acogidos por las comunidades, señalando que también era un tiempo de formación para los seminaristas.