Angol.- Hasta hace sólo una semana, el que una banda tuviera la ocurrencia de romper el vidrio de una camioneta estacionada a una cuadra de la Plaza Siete Fundaciones, a las 16 horas de un día jueves, era algo absolutamente impensado en Angol.
No porque los delincuentes no existan, sino a raíz de que en una medida que fue aplaudida por los vecinos hace ya algunos meses, Carabineros decidió enviar a gran cantidad de personal de Fuerzas Especiales a recorrer las calles céntricas todos los días, lo que derivó en que lo delitos en esta área se redujeran prácticamente a cero.
Pero, como consecuencia del denominado “conflicto mapuche”, todo este personal de Fuerzas Especiales se encuentra apostado desde hace más de una semana en la zona de Ercilla, enfrentándose a diario con los indígenas que protagonizan tomas.
Tan así que ayer el propio subprefecto administrativo de Carabineros de Malleco recibió los impactos de perdigones que le dispararon en uno de estos incidentes.
Ayer, a las 16.00 horas aproximadamente, un automovilista estacionó su camioneta en calle Caupolicán, entre Julio Sepúlveda y Chorrillos, se bajó 10 minutos y al retornar se percató que delincuentes le habían “reventado” uno de los vidrios traseros de su vehículo, sustrayéndole todos sus documentos personales y un maletín.
Lo que más indignó a vecinos y comerciantes del sector, es que el hecho ocurre a plena luz del día, en un sector considerado “seguro” y curiosamente, los encargados de parquímetros, prestos a cobrar por el estacionamiento, no estuvieron tan prestos a la hora de denunciar a los delincuentes.
“Nadie les pide que se pongan a pelear con los ladrones, pero al menos que discretamente llamen a Carabineros y les entreguen información”, relató con justificada molestia el afectado por este delito, quien no podía creer lo acontecido.
El Plan Cuadrante de Carabineros no demoró más de tres minutos en llegar desde que se dio aviso al teléfono 133, incluso realizaron un patrullaje en busca de los delincuentes, pero no hubo resultados positivos.
Desgraciadamente, desde hace algunas semanas este nuevo delito que implica romper los vidrios de los automóviles parece haber llegado para quedarse en Angol, donde anteriormente no se conocía esta nefasta modalidad de robos.
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