jueves, 1 de enero de 2009

"Un adiós inesperado"

Como profesores siempre hemos creído que el momento de despedirnos de nuestros alumnos, llega cuando ellos alcanzan su primera meta en la vida, terminan sus estudios medios, se licencian de cuarto año medio y se abren camino para emprender por un nuevo futuro, muchos de ellos ingresando a la educación superior y otros optando por diferentes caminos u opciones de vida. Es entonces el logro más grande de un profesor, la satisfacción más plena, ver como aquellos jóvenes, que un día fueron niños, que crecieron y se desarrollaron en nuestras salas de clases, hoy ya terminan una etapa de sus vidas, siendo ya hombres y mujeres íntegros, con una formación académica amplia que les permite tomar nuevos rumbos y emprender hacia nuevas metas personales. Sin embargo, esta vez no fue así y tal como a todos Uds. les pudo causar sorpresa, para nosotros también lo fue. Y como no decirlo, fue prácticamente un balde de agua fría, ninguno de nosotros lo esperaba, porque estamos seguros de que el trabajo que realizamos durante todos estos años fue bueno y fructífero, pero lamentablemente aquello no importó a la Dirección del Colegio ni mucho menos a la Fundación Teodosio Florentini, tomando finalmente la decisión de separarnos de nuestro trabajo, de nuestros cursos, de nuestros alumnos y de la que creíamos era nuestra comunidad Santa Cruz.
Alumnos y alumnas, padres y apoderados, que amargo es este momento para todos nosotros y sabemos que para muchos de Uds. también ha sido triste enterarse de esta indiscriminada decisión por parte de nuestros empleadores.
Para nosotros ha sido una situación inesperada, decepcionante, triste y por que no decirlo frustrante. Sí, porque siempre dimos todo por la que fue nuestra institución, luchamos día a día por entregar la mejor formación académica, humana y valórica a nuestros alumnos, sin saber que los valores que tanto profesamos e inspira un Colegio Católico, fueron dejados de lado, ya que no les importó la calidad de cada uno de nosotros como profesionales, ni nuestra situación personal, ni la opinión de nuestros alumnos, padres y apoderados, ni mucho menos el hecho de pertenecer a la misma comunidad. Que apenados estamos, que difícil es lograr entender como lo que creíamos nuestra comunidad es destruida, ya que desde que se nos notificó por medio de una carta en la que se alude a las necesidades de la empresa como motivo de nuestro despido, NADIE, absolutamente NADIE nos ha dado una explicación, una palabra de aliento, ni siquiera un adiós y gracias por su función. Por ello es más difícil comprender la realidad y entender como nos desplazan dejando de lado todos los valores y principios que tanto se predican en dicho establecimiento.
Estimados alumnos, padres y apoderados, ya que nadie nos dio la oportunidad de despedirnos y ya que al momento de matricularse nuevamente nadie les dijo que nosotros ya no estaremos trabajando en el Colegio el próximo año, a través de este medio queremos decirles adiós, o quizás hasta pronto, ya que sólo Dios sabe dónde y cuándo nos volvamos a encontrar.
En nuestros corazones siempre estará cada uno de Uds. y en nuestros pensamientos el inolvidable recuerdo de quienes fueron nuestros alumnos. Sí, y es que fueron tantos, desde primer año básico a cuarto año medio; son además tantos los momento que vivimos, los buenos y malos momentos con cada uno de Uds. Les agradecemos profundamente todo lo que nos entregaron, el aprecio, el cariño, sus logros y también las caídas, porque de todo hay en esta vida y lo más importante es que con nuestro trabajo conjunto siempre se pudieron levantar y salieron adelante, superándose, creciendo como personas. Gracias por esas cartitas en que nos expresaban todo su cariño, gracias por su saludo, beso y abrazo en el día del profesor, del padre, de la madre. Mil gracias por todo.
Hoy sólo podemos decir que nos vamos tristes porque creemos que hicimos bien nuestro trabajo y sin embargo aquello no se consideró, nos vamos tristes porque quedaron metas pendientes con algunos de nuestro alumnos que poco a poco se estaban superando, nos vamos tristes porque les tenemos un inmenso cariño, nos vamos tristes porque sentimos que con Uds. alumnos, padres y apoderados, trabajamos bien, nos vamos tristes porque ya no los veremos el próximo año. Sin embargo confiamos plenamente en Dios, en su amor e infinita misericordia y sabemos que el nos guiará hacia nuevos rumbos en los que podremos seguir desarrollando nuestra función de docentes.
Alumnos y alumnas, padres y apoderados, esperamos que nos volvamos a encontrar, les deseamos lo mejor en sus vidas, sigan el camino que algún día emprendimos juntos pero que lamentablemente no vamos a terminar de la misma manera. Sigan adelante, luchen por ser escuchados y trabajen por sus derechos como alumnos, padres y apoderados del Colegio Santa Cruz.
Un gran abrazo a cada uno de Uds., los llevaremos siempre en nuestros corazones y hasta siempre queridos alumnos y alumnas, padres y apoderados.
Atte.
Sus profesores:
Angélica Aguilera, Patricia Covili, Miguel Huinca, Ana María Jeréz, Maura Muñoz, David Neira, Ximena Roa, Juan Sagredo, Ximena Suárez (psicóloga), Eric Varas.

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