Nuestro Colegio instituto Victoria, es una comunidad evangelizadora que, asumiendo el valor de la cultura, le permite a las personas liberarse y liberar.
Nuestra Misión
La Iglesia es una Institución de Libertad. Libremente nos acoge y para ser libres nos educa, en un camino de exigencia y de confianza. Por eso es conveniente que existan dentro de ella educadores especializados en la libertad nuevos redentores que mantengan abierta la esperanza de la vida. Promueven la misión redentora de nuestra Orden, realizada a través de sus ministerios actuales. El ministerio de la nueva alianza se explícita en una comunión de liberados. Esa mirada en transparencia (sin miedo de ley - muerte) nos hace hombres distintos: aprendemos a ofrecer a los demás la libertad que hemos hallado en Cristo Redentor. La educación ha de empezar a realizarse como obra social, ayudando y promocionando a las personas que, sin ella no tendrían acceso a la cultura. Se trata de insistir de un modo práctico en el acceso universal a los saberes: ese acceso es para todos, y por eso hay que educar donde no llega la cultura oficial de las naciones de la tierra. En los años que se acercan debe realizarse esta labor: no se puede redimir a los hombres sin educarles en la libertad, sin denunciar los riesgos de la esclavitud de una cultura que se cierra en sí misma, sin avanzar en el camino de una educación en la que todos puedan ser hermanos. Respetando la autonomía de las ciencias y procurando su integración la educación será en segundo lugar, proceso humanizante. Educa a los hombres para la madurez humana: a fin de que ellos puedan realizarse como libres, en forma creadora, crítica, no impositiva. Asumir libremente la propia grandeza y dignidad humana. La Iglesia quiere educar a hombres cristianos. Sólo cuando les ha dado acceso a la cultura y libertad, puede proponerles la palabra y el camino de Jesús.
Finalmente en línea mercedaria, la Iglesia debe educar a sus creyentes para que ellos sean redentores, capaces de ofrecer su vida y libertad por los hermanos, para convertirlos en mensajeros de liberación sobre la tierra. Se educa para ser, tanto en plano del conocimiento científico como en el plano de la participación personal, se educa para juzgar en clave de discernimiento teórico y sabiduría práctica, se educa para ser hombres y mujeres de acción, no como un simple teórico que traza los planes desde arriba, ni un eterno aprendiz que no hace más que prepararse. Las nuevas formas de cautividad constituyen el campo propio de los mercedarios y se dan allí donde hay una situación social, donde se da una situación opresora y degradante de la persona humana; Nace de principios y sistemas opuestos al Evangelio; Pone en peligro la fe de los cristianos; y nos ofrece la posibilidad de ayudar, visitar y redimir a las personas que se encuentran dentro de ella.
Los mercedarios hemos tenido desde el comienzo de la evangelización el educar como forma de trabajar por la dignidad y libertad de las personas, la cual se encuentra enmarcada en la misión redentora de la Orden. Es esta quien establece la identidad del Centro y garantiza los principios que definen el tipo de educación que se ofrece y los criterios de actuación que permiten que éste se realice.
El Colegio mercedario debe ser el espacio eficaz para el crecimiento de sus miembros en la fe y práctica del amor misericordioso de Cristo que construye el reino de Dios en la tierra.
Concebimos a nuestra comunidad escolar inspirada, iluminada y protegida por nuestra Santísima Madre de la Merced, redentora de cautivos. Los Padres son los principales responsables de la educación de sus hijos, son los agentes naturales y primarios, quienes deben elegir la formación. La Iglesia ofrece sus servicios en el ámbito de la educación católica. El Colegio es una comunidad de hombres y mujeres que comparten un mismo proyecto educativo y unen sus esfuerzos para hacerlo realidad. Así, la comunidad educativa está formada por la comunidad Religiosa, el consejo de dirección, docentes, personal administrativo y auxiliar, padres y alumnos.
Nuestro Colegio:
Tiene su pertenencia a la Iglesia Católica, inserta en la Iglesia local, vivencia la espiritualidad cristiana desde el Carisma Mercedario. Los miembros de la comunidad educativa ven en San Pedro Nolasco el modelo de hombre que supo descubrir a Cristo en los más pobres, perseguidos, oprimidos (cf. Mt.25, 31-40).
Nuestros alumnos son los verdaderos protagonistas de su propia educación y participan gradual y responsablemente en la misma.
Concibe la sociedad como una comunidad de hombres libres y solidarios que optan por el amor redentor de Cristo, que se fundamenta en la justicia, solidaridad, servicio.
La comunidad mercedaria es el espacio donde se siente, se vive y se realiza la libertad del hombre en comunión con Dios y con los hermanos; esta libertad implica: autenticidad, responsabilidad, amor a la verdad. Todo ser humano tiene el derecho inalienable de recibir una educación. Teniendo en cuenta la dimensión trascendente de la persona, se debe respetar su conciencia y salvaguardar su dignidad. Los mercedarios tenemos un ideal del hombre, nacido de la visión de San Pedro Nolasco: un hombre integral, libre en plena comunión con Dios y con los hermanos y es por tanto agente de cambio. El hombre es una manifestación de la creación, único e irrepetible, libre y autónomo, capaz de establecer la adecuada comunicación con el otro. Un hombre capaz de sustentar su dignidad. Nuestro colegio forma al hombre para la libertad con responsabilidad. La acción educativa se orienta a la liberación, llevando al alumno a descubrir cuáles son las ataduras que le impiden el crecimiento en libertad. La educación liberadora, asume el valor de las nuevas técnicas informativas y de las ciencias de la comunicación y las pone al servicio de la plenitud del hombre. Capaz de respetar las distintas realidades donde se encuentran nuestros centros educativos. Esforzándose por reconocer los signos de cautividad en las comunidades donde estamos inmersos.
Nuestro colegio mercedario opta por el valor de la libertad en el amor para formar una comunidad libre y liberadora.
Religiosos de la Comunidad Mercedaria del Sur.
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