"El nivel de riesgo es muy alto y no quiero arriesgarme", dijo la ex rehén de las FARC. Reiteró que no vuelve a la política
La ex rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt reconoció el miércoles que actualmente existen "problemas de seguridad" que desancosejan su regreso a Colombia y que su futuro inmediato no pasa por la política, sino por la defensa de los derechos humanos en todo el mundo. Betancourt acompañó a Luis Eladio Pérez, con quien compartió cautiverio, y al periodista Darío Arizmendi durante la presentación en Madrid de Infierno verde. Siete años secuestrado por las FARC, el libro de Pérez y Arizmendi que narra el calvario de los rehenes de la guerrilla colombiana. Con la voz entrecortada, algunas lágrimas y varios silencios que salpicaban sus recuerdos, Betancourt reconoció que volver a Colombia es la única tristeza que siente después de su liberación. "Existen problemas de seguridad, muchos. El nivel de riesgo es muy alto y no quiero arriesgarme; ni por mi familia ni por mi país. Vamos a resolver los problemas de seguridad de la mejor manera posible y cuando esto se dé, espero volver a mi patria", señaló. Betancourt subrayó su deseo de encontrar un equipo de gente adecuado -"un dream team", señaló- para crear una fundación que se ocupe de la defensa de la libertad, los derechos humanos y el medio ambiente, y dejó en claro su negativa a volver a la política, después de haber sido parlamentaria y candidata a las presidenciales de 2002, en cuya campaña fue secuestrada."La política, como se hace en Colombia, no me gusta, no tengo deseos de participar. El tema electoral no me atrae", enfatizó Betancourt, mientras Pérez elogió las virtudes de su compañera de encierro como eventual líder "para la reconstrucción nacional", con un "corazón saneado y sin rencores".
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