La votación de la Cámara de Representantes sería mañana, mientras que el Senado lo votaría el miércoles.
Demócratas y republicanos sellaron hoy un acuerdo e hicieron público el proyecto de ley sobre el plan de rescate financiero de US $700.000 millones con el que el gobierno de George W. Bush pretende combatir el desorden en los mercados.
Demócratas y los republicanos se reunirán nuevamente a puertas cerradas a las 17 horas.
El proyecto, de 106 páginas, fue redactado a la carrera durante la noche y la mañana de hoy, después que los líderes de la Legislatura alcanzaran un acuerdo, sobre sus líneas generales, poco después de la media noche.
En comparación, la propuesta inicial presentada al Congreso por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, hace una semana sólo tenía tres páginas.
La presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, indicó que dejará un período de análisis público de 24 horas tras la divulgación del documento, lo que significa que el voto en esa cámara tendrá lugar a partir del lunes por la tarde.
Después, el proyecto será sometido a votación el Senado. De ahí, si no hay obstáculos, irá a la Casa Blanca para recibir la firma del presidente Bush.
La llamada Ley de Estabilización Económica de Emergencia de 2008 mantiene el objetivo central del programa del Gobierno: el uso de un máximo de US$700.000 millones para comprar deuda de mala calidad.
No obstante, incluye nuevas cláusulas negociadas por los legisladores de ambos partidos.
En lugar de poner a disposición del departamento del Tesoro los US $700.000 millones de una vez, los fraccionará.
El Gobierno podrá usar 250.000 millones inmediatamente y otros 100.000 millones, si el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, determina que los necesita. El Congreso puede retener los otros 350.000 millones si no está satisfecho con el desempeño del programa.
Los demócratas también lograron introducir cláusulas para la protección del contribuyente.
El proyecto establece un consejo de supervisión del programa, que incluirá al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y al presidente de la Comisión del Mercado de Valores, Chris Cox, entre otros altos cargos.
Además, los contribuyentes recibirán derechos de compra de acciones (warrants), con lo que se beneficiarán si las empresas que reciben la ayuda se recuperan.
El Gobierno también limitará los ingresos de los directivos de las compañías participantes en el programa.
Los jefes de empresas en quiebra no podrán recibir beneficios multimillonarios cuando son despedidos y que se conocen en el argot financiero estadounidense como "paracaídas dorado".
El Gobierno también elevará los impuestos a empresas que paguen a sus directivos por encima de US$500.000 al año.
El secretario del Tesoro podrá renegociar los términos de las hipotecas que adquiera para ayudar a los propietarios de viviendas con problemas para pagar las letras a fin de evitar el desahucio.
El proyecto también incluye una cláusula exigida por los republicanos de la Cámara, los más reacios a apoyar el programa.
Esa disposición da al secretario del Tesoro la opción de requerir que los bancos compren seguros para cubrir su cartera de títulos vinculados a las hipotecas.
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