Las demandas interpuestas en la Corte de Apelaciones de Santiago, en representación de cinco mil integrantes de la Asociación Gremial Unión Nacional de Pensionados de Chile. La acción está destinada a lograr que el Gobierno restituya el 10,6% de sus pensiones, monto que se les confiscó con el fin de salvar la Banca privada hace 23 años. Ello ha continuado siendo letra muerta para el Estado pese a las demandas que se han estafo ejerciendo hacia el Ministerio de Hacienda. Estos ex servidores del Estado viven en pobreza, cruel, precaria, más aún con la inflación desatada.
Las dramáticas conclusiones de la Universidad del Desarrollo sobre como la inflación está alcanzando límites insostenibles en la pobreza aparece en síntesis en El Mercurio del domingo 31 de agosto y dice a la letra: La inflación tiene un efecto devastador sobre el nivel de vida de los más pobres. Disminuye el poder adquisitivo de los ingresos, actuando como un verdadero impuesto, que afecta en mayor medida a las familias más pobres, porque éstas gastan un mayor porcentaje de su ingreso en alimentos. La inflación interrumpe por primera vez la trayectoria de reducción de la pobreza que Chile venía experimentando desde 1990. El número de pobres venía bajando año a año, incluso durante el período de la crisis asiática. Sin embargo, esa tendencia se quebró.
Comparando con la Casen 2006, que situaba la pobreza en 13,7% de la población, el número de pobres aumentó en poco más de medio millón de personas (528.000), llegando al 16,8%.
El impacto es todavía mayor si consideramos que el crecimiento económico sin alzas de precios habría reducido el número de pobres al 10,3% (1.709.000). Pero las alzas llevan la pobreza al 16,8% (2.788.000); es decir, tenemos hoy un millón de personas más en situación de pobreza por culpa de la inflación. La inflación se transforma así en un factor clave en el grado de vulnerabilidad de las familias más pobres. Hasta ahora una causa decisiva por la que muchas familias caían en la pobreza era la pérdida del empleo. Sin embargo, hoy caen en esa situación aún cuando el jefe de hogar continúe trabajando.
Sabemos que una parte de la inflación obedece a factores externos, pero otra tiene que ver con la política monetaria y la responsabilidad y austeridad fiscal. Este trabajo ayuda a mostrar que la inflación es «una fábrica de pobreza» y que todos los esfuerzos que se hagan por mantenerla bajo control van en beneficio directo de los más pobres.
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