
Pormenores
El convoy –que transitaba en sentido norte sur- provenía desde el puerto de Talcahuano tirado por dos locomotoras diesel (2348 y 2344) de la empresa Ferrocarriles del Pacífico (Fepasa), conducida por Iván Enrique Quezada Gutiérrez (48) y por el jefe de tren, Edgardo Ceballos. En momentos en que el convoy arribaba hasta la estación a baja velocidad y al parecer por una falla en la transición de vías, este descarriló sobre más de cien metros destruyendo la totalidad de la trocha de los viejos durmientes y afectando principalmente a los primeros carros que portaban sustancias químicas peligrosas, entre las que se contaban dos carros con soda cáustica. Dos con petróleo diesel y uno con clorato de sodio. Según fuentes ferroviarias el largo ferrocarril regresa desde Talcahuano hasta Valdivia, precisamente en busca de nueva carga desde la empresa Celulosa Arauco. Cabe consignar que el descarrilamiento literalmente dejó aislada a la ciudad de Victoria en uno de sus accesos por calle Chorrillos, por lo que tanto el tránsito peatonal como vehicular deberá realizarse por calle Cochrane. Lo cual -según los entendidos- tardará incluso días ya que ante la gravedad y daños, Fepasa deberá recurrir a una grúa pescante y otras locomotoras para poder sacar los pesados carros y su peligrosa carga. El sitio del suceso fue aislado tanto por Bomberos como por Carabineros, quienes informaron que no se registraron lesionados ni víctimas que lamentar. El hecho trajo a colación el que por años el municipio de Victoria insista en querer trasladar el CESFAM, desde el lugar del accidente ya que con esto se evidenció el constante peligro al que se ven expuesto tanto pacientes como el personal de dicho recinto hospitalario.
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