Más de una docena de cartas se recibieron en la Dirección de este Diario, condenando la instalación de un circo en terrenos que pertenecen al Ejército. La molestia -aducen- se debía- entre otras al funcionamiento hasta altas horas de la madrugada, amén de la basura, los ruidos estridentes y el pestilente olor de los animales. Es de esperar que en una próxima oportunidad -la autoridad que corresponda- no sea sorprendido.
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