Los profesores, los alumnos universitarios y de educación media municipalizada siguieron contando con la esperanza de ver concretadas sus aspiraciones en el Mensaje Presidencial de la Presidenta de la República Michelle Bachelet el 21 de mayo. Sin embargo nos escribe un antiguo profesor normalista, cuando todos esperábamos que la educación se recuperaría después de 25 años de abandono, mercantilización y deterioro; por las fuerzas de los «pingüinos», de los educadores y del público instruido, nos hemos encontrado con que a pesar de lo que esperábamos el Estado rehuye hacerse cargo de uno de sus deberes primordiales que es la Educación Pública. (El otro deber riguroso del Estado es la salud Pública).
«Hubo un Acuerdo Nacional dice el maestro, el que terminó suplantando el Consejo Asesor, el que transformó en una reedición de los acuerdos binominales que han mantenido durante 17 años a la educación en condiciones deplorables y que fueron la causa de "la revolución pingüina"». Y agrega: «estuvimos de acuerdo con este movimiento en cuanto a demandar el fin de la municipalización, derogar la LOCE del gobierno militar, fortalecer la educación primaria, redefinir el rol del Estado, impedir el lucro y el despilfarro con recursos públicos; frescos y tristes recuerdos de la salida reciente de una Ministra del ramo por esta causa; revisar la jornada Escolar Completa, la formación pedagógica del maestro de escuela, promover las mejoras curriculares, como la incorporación de la formación sindical y educacional; promover la participación de la comunidad educativa».
«Ninguna de estas materias está en el proyecto de ley, por lo tanto como dicen los estudiantes». La LOCE y la nueva Ley de Educación es lo mismo, de ahí su desánimo frente a las acciones educativas del gobierno y a sus demandas, a través de paros, tomas y marchas.
El Colegio de Profesores sigue creyendo, porque es así, que la educación del país es una materia de Estado sin exclusiones, por lo tanto sería fatal que se apruebe este proyecto en el Congreso tal como va enviado por el Ejecutivo; el que se ve no tiene interés en avanzar en Educación, ni menos en hacerse cargo de ella como Estado.
No puede desconocerse la función cooperadora al Estado de señeros y tradicionales colegios particulares subvencionados, que antes de 1973 y desde muchos decenios antes sus servicios eran reconocidos por moros y cristianos. Quien llegara al Gobierno en donde existía el Estado Docente, respetaba la acción de estas tradiciones en educación, ejemplos en Victoria el Colegio de la Santa Cruz, el Instituto Victoria, Alianza Francesa de Traiguén, Colegio Inglés de Temuco, Alemán de Osorno, y tantos otros. Los alumnos de esos colegios legitimaban su enseñanza por el Estado concurriendo a cursar el Sexto Año de Humanidades (de entonces) en Liceos Fiscales y la Educación Primaria y Secundaria de aquellos años era de excepcional calidad. Hoy tampoco podemos dejar de reconocer la importancia del Liceo Politécnico Agrícola y Forestal La Providencia de Traiguén, del Colegio El Labrador de Victoria y del Complejo Educacional. El primero es patrimonio de la Frontera fundado en 1896 por el pastor suizo Arnoldo Leutwyler. Hoy es su Director el Máster en Educación Profesor Armando Dufey B.
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