miércoles, 22 de julio de 2015

Curacautín despidió a Jean Paul Doussoulin

Curacautín.- Los familiares, amigos, instituciones y fuerzas vivas de Curacautín, se dieron cita para despedir ayer al malogrado presidente del Club Aéreo de esa ciudad, Jean Paul Doussoulin del Canto, fallecido trágicamente la tarde del sábado cuando retornaba de la capital en su avioneta en dirección a Curacautín. Por causas que se desconocen la aeronave se precipitó a tierra, pereciendo instantanéamente su piloto a la altura de la localidad de Pelarco, región del Maule. CEREMONIA FUNEBRE Las naves de la Parroquia San Pedro de Curacautín, se hicieron estrechas para recibir a numerosos amigos que se dieron cita para compartir con la familia de Jean Paul Doussoulin y brindar así la despedida al brillante piloto. Tras la eucaristía oficiada por el cura párroco, intervinieron para despedirlos restos del extinto dirigente del Club Aéreo, su amigo, compadre y socio de la institución, Ricardo Meier Carrasco, quien en un emocionado discurso destacó las bondades del amigo, de sus largos años de amistad, de su relación con las familias y del Club Aéreo, esta última la gran pasión del extinto. A continuación intervino el hijo mayor de Jean Paul, Philippe, quien con una entereza enorme expresó sobrias palabras para reconocer a su fallecido progenitor. De igual forma un piloto del Club Aéreo de Santiago, dijo que tras15 años de amistad, tuvo oportunidad de alternar con un muy buen hombre, querendón de la familia, los amigos y un hombre apasionado por la aviación civil. Tras entonar un saludo recibió respuesta de un grupo de socios del Club santiaguino que con su asistencia tributaron su adhesión a la familia en momentos de aflición. SU HERMANA Y SU ESPOSA Finalmente Michele Doussoulin, la hermana, y la cónyuge del fallecido aviador María Cecilia Beven, expresaron indistintamente sus agradecimientos a los asistentes y de igual forma señalaron algunos pasajes de la vida de Jean Paul Doussoulin del Canto. Tras concluir las intervenciones sus restos fueron depositados en un carro mortuorio rumbo a Temuco, donde fueron recibidos en el cinerario de la capital regional para su incineración.

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