miércoles, 10 de junio de 2015

Mujer sobrevive en precarias condiciones en la Población El Cañón de Angol

- Su modesta vivienda tiene piso de tierra donde la humedad amenaza su salud.
Angol.- (Rodrigo Zurita) Cuesta creer que en una sociedad donde los gobiernos gastan cientos y miles de millones de pesos en publicidad y los parlamentarios reciben millones en “donaciones” para campañas políticas, aún existan personas, en especial adultos mayores, que no posean un lugar digno para vivir. Y hablo de lugar, no de vivienda, porque donde la señora Blanca habita y duerme todos los días, no sé si se le podría llamar vivienda. Con unos palos adosados a una vieja caseta sanitaria, planchas de zinc que forran dos precarias piezas, un piso de tierra con alto grado de humedad, que trata de palear en su dormitorio con una alfombra la cual ya se encuentra empapada y el viento que se cuela por innumerables rendijas, varias de las cuales podrían ser perfectamente pequeñas ventanas y que a cada rato apagan la luz proveniente de las velas, porque de electricidad, ni hablar. En este ambiente la señora Blanca intenta “sobrevivir” al invierno que se avecina, tratando de mantener buena su salud para poder trabajar y así tener el sustento diario, principalmente para comer. ¿VIVIENDA? A sus 67 años, Blanca Bastías Ormeño, debió dejar su antigua casa donde arrendaba e instalarse en este lugar, un sitio ubicado en calle Fresia con Colo Colo, donde arrendaba para hacer sus huertas. Luego de no tener donde ir debido a la carencia de dinero para arrendar, decidió construir una precaria rancha donde vivir, lugar en el cual ha debido enfrentar las copiosas lluvias y el intenso frío de lo que va del invierno. No fue ella, sino los vecinos quienes nos dieron a conocer esta triste realidad, con el objetivo de poder dar a conocer su caso y así sensibilizar a autoridades locales sobre su difícil situación. Blanca, quien vende mote, harina tostada y algunas verduras que ella misma cultiva, vive en este lugar junto a su pareja, quien tampoco tieneun sueldo estable y obtiene uno que otro peso de algunos “pololitos” que realiza esporádicamente. TRABAJO “Yo vendo mote y harina tostada, pero últimamente no he podido trabajar ya que la lluvia me impide pelar mote. A veces voy a vender a la feria y me gano algunos pesitos, aunque no mucho, porque yo vendo pocas cantidades en un canasto y debo cancelar cuatro mil pesos de permiso”, manifestó la señora Blanca. AYUDA Comenta que hace unas semanas estuvo muy enferma, debido a un ataque de asma, enfermedad crónica que sufre desde hace años. “Mi salud no ha estado buena las últimas semana, creo que debido a la humedad de esta casa, pero ahora ya estoy mejor”, nos comenta, manifestando que ha golpeado varias puertas para tratar de conseguir un lugar donde vivir y no ha logrado nada. Yo sé que vivir en estas condiciones no es lo mejor para mí, pero he tratado de buscar ayuda en varias partes y no he conseguido nada. Fui a la municipalidad y me dijeron que no habían mediaguas, cuando pregunté si me podían ayudar con materiales para mejorar mi vivienda o forrarla, me dijeron lo mismo. He ido también donde parlamentarios y no me han dado respuesta. He golpeados varias puertas y nada he conseguido. Estuve en un comité habitacional y fui estafada con más de 200 mil pesos y ahora estoy en otro, pero me cuesta mucho conseguir el dinero que necesito, aunque ahí estamos, tratando de ahorrar”, nos comenta. Blanca apela a la solidaridad de algún particular, de un empresario. No quiere una casa, ni menos dinero, sino sólo algunos materiales que le permitan cerrar un poco más sus piezas, tanto en sus costados como en el piso, que le permitan “vivir” y pasar, con mínimas condiciones, el crudo invierno que se avecina.

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