jueves, 18 de junio de 2015

Carrera Docente o “el sálvese solito”

Victoria.- (Karina Torres, Profesora) El actual proyecto de Carrera Docente se compone de tres elementos fundamentales: Selección y Formación Inicial Docente, Inducción e Ingreso a la Carrera Docente, Carrera Docente. Como profesora en ejercicio es a este último elemento al que me voy a referir. La Carrera Docente se fundamenta en una profunda desconfianza hacia el profesor, quien finalmente figura como responsable de todos los males que hoy afectan a la educación chilena. Se desconfía del profesor/a olvidando el daño provocado por las prácticas neoliberales que permitieron el lucro descarado en educación y que permitió sin duda, fácil acceso y cobertura, pero pagando los altos costos de una educación de muy mala calidad, todo lo anterior sin la oportuna fiscalización o, en el peor de los casos, la facilitación por parte de las autoridades de Estado. Tomando las palabras de una querida colega y amiga: aquí el profesor no es el monstruo. Otro aspecto que aborda la Carrera Docente, es la relacionada con las remuneraciones. A simple vista, pareciera ser la solución a todas las demandas históricas del profesorado en materia de sueldos, pero basta ahondar solo un poco para darse cuenta de los costos que se deben pagar para conseguir un mejor salario. La nueva forma de calcular nuestros sueldos toma en cuenta la Renta Base Mínima Nacional (RBMN), el Bono de Reconocimiento Profesional (BRP) y la Asignación por Experiencia (Bienios). Sumado a esto, el ejecutivo propone aumentar las rentas con las asignaciones que se entregan al superar cada tramo de la Carrera Docente. Lo preocupante es que no se mencionan otras asignaciones como: la asignación de desempeño difícil, la asignación de zona y la Ley 19.410 con las que contamos actualmente. Cabe señalar a este respecto que en el Nuevo Sistema la renta base mínima no se incrementa, y el bono de reconocimiento y los Bienios, son asignaciones que han conseguido los docentes, lo que no presenta ninguna novedad. Ahora, para acceder a mejores sueldos, el profesor necesariamente debe someterse a evaluaciones de desempeño individual (pruebas y portafolios) para superar cada uno de los tramos. En esta lógica conductista de estímulo-respuesta, los y las docentes estarán obligados a realizar dos trabajos en forma paralela: por un lado prepararán sus evaluaciones y portafolios en función del ascenso; por otro, realizará la labor propia de todo docente, a saber: planificar actividades de aprendizaje, preparar materiales; diseñar evaluaciones y un largo etc. De lo anterior, se concluye que este sistema no resuelve el problema del agobio laboral: al contrario, lo incrementa. Para cerrar, el sistema de evaluación propuesto es ineficaz si lo que realmente importa es evaluar el proceso de enseñanza aprendizaje que, necesariamente, se establece en la relación estudiante – profesor. El sistema propuesto sólo mide parcialmente el desempeño de un profesor, puesto que lo obliga a preparar evaluaciones individuales o a elaborar portafolios que no garantizan su puesta en práctica. La fortaleza de una comunidad educativa y el logro de aprendizajes significativos está en el trabajo colaborativo entre todos sus actores, y no en carreras en solitario.

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