Santiago.- No nos engañemos. Chile llegó acá para ganar la Copa América, Pepe Rojas iba a ser el mejor central del campeonato y Beausejour iba a sacar puros centros buenos. Al menos ese era el espíritu –triunfalista, irresponsable, miope- con el que nos aprontamos a disputar el cetro continental.
Por http://luiseeses.blogspot.com/
Ya el partido contra Ecuador había supuesto una alerta para los más cautos. Los yerros se repitieron, y además se sumó un rival más despierto, con un planteo táctico flexible y que no desaprovechó sus oportunidades.
Chile se generó innumerables opciones de gol, falló muchas, y en la defensa mostró una debilidad irritante, casi infantil, que lo llevó a recibir tres goles, que pudieron ser más, de no ser por un par de intervenciones postreras de los chilenos. La tozudez de Sampaoli, de insistir en alinear una selección compuesta por hobbits nos pasó la cuenta una vez más, al recibir otro gol de cabeza después de un córner.
UNO A UNO
Bravo: Volvió a ser el Bravo de antaño. Irresoluto, dubitativo en las salidas, tuvo una tapada importante, que no le alcanza para lograr la suficiencia. Si tiene responsabilidad parcial en el segundo gol mexicano (se tiró en cámara lenta), el tercer gol se lo comió solito. Salió, se arrepintió y después salió igual.
Isla: Está retomando su nivel previo a la lesión en Udinese (sí, lleva hartos años jugando mal) y se le ha visto activo en ofensiva y ordenado en defensa. Por su lado México no hizo daño y fue alternativa siempre.
Medel: El problema de Gary es que es tan bueno, y juega tan bien siempre, que cuando juega normal parece que no es suficiente. Ayuda a aguantar los embates mexicanos, pero se ve poco fino. Sigue siendo indispensable.
Jara: Jarita. Siempre va a ser Jarita, sin embargo ha mostrado un rendimiento sobresaliente en el último tiempo en la selección. El mejor de la defensa en esta Copa América. Claro y pulcro en la salida, da tranquilidad en el armado inicial de las jugadas.
Albornoz: Sampaoli lo mandó al choque contra los rápidos mexicanos y no destiñó. Pagó la decisión del técnico de quitar a Beausejour y poner a Eduardo Vargas a volantear (!), por lo que muchas veces se vio en desventaja. Mucho mejor cuando entró Eugenio Mena.
Díaz: Administró el partido, siempre es una alternativa de pase en el medio terreno, sin embargo pagó la presión alta que ejerció México a ratos. Es titular seguro, pero paga su inactividad en el fútbol alemán.
Aránguiz: Otra actuación imperial del volante del Inter de Porto Alegre. Ubicuo, quita y entrega por partes iguales, dialoga en corto con la ofensiva y vuelve a defender. Con Vidal forman un tándem de nivel mundial.
Vidal: Dictatorial en el mediocampo, se juega a su ritmo e impone sus términos. Corre por dos, incluso por tres, y como juega en Juventus, a uno le viene la duda sobre si estará dopado o no. Cuando aparece como segunda línea, siempre hace daño. El mejor de esta Copa América.
Valdivia: Paremos con la mentira, por favor. Seguimos esperando a este supuesto “Mago”, porque “en cualquier momento mete un pase y arregla el partido”. Jugó 90 minutos, así que no lo levantan ni con orden judicial antes del jueves. Inflado.
Sánchez: Su ímpetu y ganas de llevarse el mundo para la casa le pasan la cuenta y le restan claridad. Se pasa a uno, a dos y a tres, pero cuando tiene que definir o asistir, ya está marcado por uno, dos o tres. Necesita un gol para jugar más tranquilo y ser más determinante.
Vargas: El curioso caso de Eduardo Vargas. Después de haber dado la cacha de manera constante en Inglaterra, le anota a Ecuador, entra de titular y moja de nuevo. La Selección no tiene un 9, pero Vargas es irreemplazable. Si tan sólo el DT no lo hiciera jugar de volante por la izquierda…
Mena: Su ingreso le dio más equilibrio al equipo y permitió un despliegue posicional más acoplado al resto. De sacar un centro a un compañero ni hablar, no está en su nivel sin embargo hace su trabajo.
Pinilla: Entró a ponerle un puntete en la guata a un mexicano y zafó con una amarilla. Nada más.
Fotografía: Elpais.com
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