Angol.- * Lamentable situación tomó por sorpresa a todos sus familiares, amigos y colegas, pues su evolución médica era bastante positiva y optimista.
* Sus restos serán velados en el auditorium del Hospital de Angol, por calle Ilabaca, donde se espera sea acompañado muchas personas que conocieron de su profesionalismo y entrega por el prójimo.
Golpeados despertaron hoy 1 de noviembre los miembros del Samu y la familia del reanimador angolino, Enrique Abasolo, quien había tenido una asombrosa recuperación tras la intervención quirúrgica que se le había practicado la semana antepasada.
A eso de las 6 de la madrugada, el corazón de Enrique no soportó su enfermedad y se detuvo, esta vez para siempre, pese a los esfuerzos del personal del Hospital Regional de Temuco, donde se encontraba internado.
La terrible noticia tomó por sorpresa a todos quienes conocen a Enrique, pues tras la difícil operación y a haber soportado dos paros cardiorrespiratorios que lo mantuvieron extremadamente grave, comenzó una positiva y sorprendente etapa de recuperación, tanto así que de según confirmaron sus compañeros de trabajo, era muy probable que entre hoy y mañana fuera dado de alta e incluso calculaban que aproximadamente en un mes retomara sus funciones al servicio de la comunidad, en su calidad de reanimador jefe de la Base 3 del Samu Angol.
Desgraciadamente, el destino quiso otra cosa muy distinta, pues esta madrugada se le produjo otro paro cardiorrespiratorio que esta vez apagó la vida de este hombre que trabajaba incansablemente salvando las de otras personas a bordo de la ambulancia y atendiendo a todo aquel que necesitara ayuda.
Su hablar calmo y pausado, su profesionalismo y entrega devota al trabajo que implicaba turnos de día y de noche, incluyendo en fechas que en todos los ciudadanos celebran con sus familias, hicieron que Enrique destacara con el apostolado de la salud y se convirtiera en ejemplo para todos sus compañeros, amigos y familiares que hoy lloran y lamentan profundamente su prematura partida, especialmente por su esposa y sus dos pequeños hijos.
“Estaba tan lleno de planes. Estuvimos conversando recién y ya pensaba en lo que haría más adelante… esto nos ha tomado por sorpresa a todos, incluso a él mismo”, comentó profundamente afectado el escritor Jorge Abasolo, hermano de Enrique, quien viajó desde Santiago para acompañarlo durante su enfermedad.
VELATORIO
De acuerdo a lo manifestado por los cercanos de Enrique, el velatorio de sus restos se realizará desde esta tarde en el auditorium del Hospital de Angol, en calle Ilabaca, y sus funerales se comunicarán oportunamente.
Asimismo, se espera que este servidor público sea despedido no sólo por sus colegas del sistema de salud, sino también por el Cuerpo de Bomberos, ya que era un activo instructor que entregaba sus conocimientos en forma gratuita y desinteresada. Tan así que para este fin de año planeaba también entregar gratis sus conocimientos en Argentina, donde se preparaba para dictar un curso a bomberos voluntarios de ese país.
Su inesperado deceso ha causado gran dolor y sentimiento de pérdida en Angol, ya que Enrique destacaba por su gusto por el trabajo en terreno, su dedicación a trabajar directamente en emergencias y su pasión por lo que hacía, llevándolo a laborar incluso más allá de las horas en que estrictamente le correspondía, siempre atento a colaborar en lo que pudiera.
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