jueves, 17 de agosto de 2017
Con celebración de misa de funeral y ritual masónico despiden a Jorge Najle
– Se hicieron presentes, compañeros de la Generación 1968 del Colegio Instituto Victoria, junto a las docentes, Maclovia Valeri y Adriana Ugarte.Victoria.- (Manuel Burgos Lagos, periodista) El 7 de abril pasado, se reunieron en esta ciudad los egresados de la Generación 1968 del Colegio Instituto Victoria, de la que era partícipe, Jorge Rafael Najle Yamal, adelantando el encuentro ya acordado al egreso, para los 50 años de esa despedida, dado el grave estado de salud de este último
Cuatro meses después, volvieron sus compañeros, desde diversos puntos del país, pero ahora con la triste misión de despedir al condiscípulo y amigo, que se iba a otras clases y con el Eterno Maestro de todos los tiempos.
COHESIONARSE
En la Santa Misa de Funeral, celebrada ayer miércoles 16, a las 11 horas, en la Parroquia de Nuestra Señora de La Merced, Francisco Sandoval Quappe, ex General de Carabineros, uno de los ex institutanos presentes, comentó sobre su desaparecido compañero: “Aunque estamos un poco lejos, pero esta partida ingrata del amigo Jorge, a nosotros nos ha permitido como compañeros de colegio de egreso de hace casi 50 años, cohesionarnos como nunca, porque cada uno cohesionó sus vidas, después que egresamos: él (Jorge) edificó su familia, hermosa familia, nos veíamos poco, cuando supimos de su enfermedad de esta mala noticia, nos acercamos mucho; y lo que rescatamos, aparte de haberlo podido acompañar en este duro momento, es que nosotros como grupo, como compañeros y amigos, nos cohesionamos, nos fortalecimos y de eso vamos a estar eternamente agradecidos del buen amigo, que nos ha dejado pero hemos hecho una promesa de recordarlo siempre, porque al buen amigo no se le puede olvidar”.
El padre Rector del Colegio Instituto Victoria, Fray Pedro Juan Díaz Rodríguez celebró la Misa de Exequias y la Liturgia de la Palabra, intervino una integrante de la familia de Najle; Arwin Donzé Meier, en el Salmo y el sacerdote comentó en su homilía, sobre la Segunda Lectura, tomada del Apóstol San Juan.
La Familia estuvo representada por su viuda, Silvia Castillo Jara, por su hija Soraya y una nieta; por sus hermanos, Miriam y Jaime y uno de sus primos, Juan Carlos Najle Vallejos, a los que se sumaron sus numerosos amigos y conocidos que posteriormente, acompañaron sus restos hasta el Camposanto.
EN LA NECRÓPOLIS
En el Cementerio Municipal, el dirigente de FENATS Unitaria, Ricardo Zúñiga Alvarado recordó que el integrante del gremio fallecido había sido el primer administrativo de Información del Hospital “San José” de esta comuna que “atendió a usuarios, internos y externos, que ingresaban a nuestro establecimiento, desde diferentes puntos de la provincia, dándonos siempre una orientación eficiente, precisa, de calidad y que se destacaba entre sus pares”, mencionando que su hija Soraya, era en la actualidad, administrativa del recinto asistencial.
También despidieron al amigo y compañero de estudios, integrantes de la Promoción 1968, ya citadas en líneas precedentes.
A nombre de la Respetable Logia N° 73 “Mariluán” de Victoria, intervino Juan Mauricio Aqueveque Valenzuela, a la que pertenecía Najle Yamal, citando un texto extraído de un cuaderno de 44 páginas, conocido como Grados de la Masonería Teórica, fechado en 1786 y referido a un pasaje titulado “Diálogo con la Ocasión de la Conmemoración de los Muertos”, citando uno de ellos:
– ¿Porqué llevamos duelo por aquellos que nos han dejado?
– Hemos perdido amigos fieles, combatientes abnegados, cuya ausencia hace más grande nuestra tarea. En el duelo honramos sus actos, su caridad y su apoyo. Lamentamos su partida hacia el Oriente Eterno, concluyendo el rito, depositando pétalos de rosas blancas sobre el féretro mientras sus integrantes de logia, lo rodeaban en círculo, formando una cadena con sus manos entrelazadas.
Silvia Castillo, Soraya Najle, su hija; sus tíos Jaime y Miriam despidieron el duelo en el puerta del recinto, donde las tumbas de los que allí reposan advertían la bella naturaleza, de adiós a los nevados volcanes a dolientes y asiduos, Al Este de la Ciudadela Dormida.
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