lunes, 17 de marzo de 2014
Vecinos señalan que el “cuento del tío” abunda en el sector Pampa Ingenieros
Hurtos y engaños a adultos mayores se han vuelto la especialidad de los antisociales.Angol.- ( José Hernández) La señora María, de quien no mencionaremos su apellido por razones de seguridad, ha estado presenciando últimamente y ha escuchado también la delincuencia que ha llegado a la puerta de su casa, siendo este caso puntual protagonizado por una de sus vecinas.
En su relato nos indicó que el domingo 9 de marzo fue a ver a una de sus amigas en la de la calle Colonia ya que de manera repentina le dieron ganas de ir a verla y la encontró muy afligida porque en su casa ingresaron personas desconocidas tras empujar la puerta de acceso, rompiendo el pestillo de seguridad, accediendo inmediatamente a la habitación principal y según sus palabras, al parecer se trataría de personas que la conocían ya que lo único que le pidieron fue una gargantilla de oro que tenía puesta, llevándosela el malhechor, tirando un paño sobre el velador y botando todas las cosas al suelo, quedando la mujer traumatizada.
Agregó que acudió en ayuda de ella, colocando nuevamente un pestillo en la puerta junto a su la hija de la afectada, a quien describiremos como la señora Mari luz, quien según los vecinos es una persona muy importante en Angol, la cual actualmente vive sola.
“Me dio mucha pena porque ella tiene 88 años. Le robaron la gargantilla de oro y no le alcanzaron a llevar más cosas porque ella empezó a gritar, me dijo que pregunto si era el Arturo y ella no sabe de adonde le salió ese grito de terror y el muchacho salió arrancando y ella salió a la cola de él y a pata pelada, así como estaba en la cama y fue como a las ocho de la mañana y llamo a carabineros y ellos llegaron inmediatamente, llegaron al tiro después que llamo al 133, así que carabineros le dio las ideas que yo también le estaba dando a ella así que vine aquí a mi casa a buscar unos pestillos y los lleve para que los colocaran y yo le coloque uno en el portón para asegurarle su casita”, explicó.
Destacó la mujer que no sabe cómo no la han matado, indicando que solo la ha cuidado la suerte que Dios le brinda en el sector de Pampa Ingenieros, donde vive hace más de 40 años, añadiendo que esto no se había visto antes.
RELATO
“Aquí tenemos buenos vecinos nosotros pero llego un muchacho y yo no tenía el cerco al frente, entonces llega cuando yo estaba clavando el cerco y me dice “hola” y yo le respondí “buenos días” porque como no lo conocía no le podía decir “hola” y me pregunto “¿usted me conoce a mí? Y yo le dije “no lo conozco a usted”, entonces me dijo “¿pero cómo no me va a conocer?”, entonces le respondí “yo no lo conozco” y me dijo “sabe que yo le tengo un recado de su sobrino” y le pregunte “¿Qué recado seria?” y me dijo que mi sobrino se había sacado un premio grande y que tenía harta plata y que yo también iba a tocar de ahí y yo lo quede mirando al hombre pero con mucha desconfianza porque yo no soy confía, soy muy desconfía porque ya veo todo lo que está pasando y no me puedo confiar en nadie. Entonces me dijo que al día siguiente vendría a mi casa mi sobrino pero que no lo llamara hasta después de las tres de la tarde, diciéndome que él me llamaría y me quedo dando vuelta de porque él me iba a llamar y no me podía llamar antes, entonces me dijo que era primo mío y yo le dije que no y me pregunto si conocía a la familia León y le dije que sí pero que mi tío no era León sino que era Reyes y me dijo que era hijo de él y diciéndome eso le abrí la puerta y el me clavo el cerco, yo con el diablo en la mano y el con el martillo y en eso me dijo: “quiero tomar un vaso de agua”, entonces vengo a buscarle el agua y él llega a la misma cocina a la siga mía, se tomó el vaso de agua y me miraba y me hecho unas mentiras de que le habían retenido la camioneta, que se la había llevado a los corrales municipales y una pila de cosas que me decía y lo llamaban por teléfono a cada rato y me decía que le faltaba plata para ir a retirar la camioneta, entonces le dije que me pasara el teléfono porque en los corrales me conocen harto y en eso me dijo “no, para que se va a molestar prima” y yo le iba a pasar 20 lucas que tenía para el gas y fue consiente porque al final me dijo: “abuelita compre su gas nomas” y en eso me vino un miedo y cuando se fue llame a la PDI y ellos me dijeron que no le abriera la puerta a nadie y salí a mirarlo y había un auto blanco en la esquina y se subió porque ese auto lo estaba esperando y se fueron”, puntualizó.
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