Atendiendo a su muy bien fundamentados editoriales, en el último del miércoles 23 del presente se reseña la importancia histórica de la «Plaza de Armas de Victoria Presidente Aníbal Pinto», hoy convertida poco menos que en un sitio eriazo destinado a un gimnasio que bien podría ser trasladado a otro sector, más encima la construcción del edificio de Investigaciones, servicio que sí se lo merece, pero bien puede ser construido en tantos sitios de Victoria, que tienen extensión y donde más haga falta esta importante presencia policial.
Lamentablemente Victoria ya no es La Culta; se hace caso omiso de la historia, y en este caso de un monumento nacional que debió ser protegido por la nueva agrupación de monumentos nacionales victorienses que está llamando a ejercer acciones y a organizarse debidamente.
Lamentable, muy lamentable, lo que nos está ocurriendo.
Con el ruego de publicar, porque hay situaciones que no se pueden pasar por alto.
Un grupo de antiguos vecinos y profesores jubilados
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