Padre Riquelme destacó labor solidaria de Carlos Samur en la institución bomberil en su misa funeral

Eucaristía tuvo lugar en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.

Victoriia.- (Manuel Burgos Lagos, Periodista) “La Amistad no muere, Ni Siquiera en el Cielo”, dijo el presbítero René Riquelme Fuentes, Párroco del Sagrado Corazón de Jesús durante la Misa oficiada el día jueves 27 del actual, a las 20 horas, en el templo mercerdario, por el eterno descanso del Alma de Carlos Samur Daes, a raíz del espíritu de servicio que lo animó y por su calidad de Bombero Voluntario, quienes en gran número se dieron cita en el templo. El sacerdote estuvo acompañado de los diáconos, Luis Espinoza y Juan Garay, en un templo colmado de fieles, en especial, amigos y vecinos de la ciudad y la región que lo vieron crecer y desarrollarse en la actividad comercial, junto a su hermano Salomón, por largos años. DIRIGENTES REGIONALES Las autoridades institucionales las encabezó su presidente regional, Luis Carmach Buamscha, al igual que delegaciones de las diversas unidades de la ciudad y la zona, deseosos de exteriorizar el aprecio al compañero de tantas jornadas y Director Honorario de la Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Victoria. DSCF0566 Juliet Jacob, su viuda, lo hacía por la de su numerosa familia, del jefe de hogar que los dejaba a los 88 años de edad, producto de una serie de complicaciones. Propios integrantes de la familia, tuvieron a su cargo las lecturas del día, Carlos Saldaña, en la Primera Lectura, tomada del Libro de las Lamentaciones; Javiera Samur, acólita de la Iglesia, el Salmo 22 “El Señor es mi Pastor, Nada me Puede Faltar”. El diácono Espinoza Noriega, proclamó el Evangelio tomado de San Juan. “Cuando el Señor llama a alguno de los nuestros –reseñó el religioso en la Homilía- caemos en la cuenta de que no somos eternos en esta vida y que más temprano que tarde, el Señor, si Él, no viene antes, nos llama a su presencia. Y ha llamado así, a nuestro hermano, don Carlos Samur, a los 88 años de vida. Por eso, lo primero es dar gracias a Dios por todos los años que el compartió, especialmente con su familia y también, por todo el servicio que hizo en esta ciudad de Victoria, especialmente, como comerciante, junto a su hermano, y que llegó después a tener su propio negocio”, expresando que también lo realizó, en el servicio a la comunidad, a través de la noble institución de los “Caballeros del Fuego”. DSCF0568 CORTEJO Terminada la Sagrada Eucaristía, una compacta caravana se trasladó hasta el Cementerio, depositado el ataúd en uno de los móviles de la institución, en medio del ulular de sirenas de los diversos cuarteles bomberiles de la ciudad. El cortejo se detuvo por instantes en el edificio Central de calle Ramírez, para luego proseguir hasta el Camposanto. En el postrer adiós, hablaron entre otros oradores, Luis Carmarch y representantes de la Sociedad de Socorros Mutuos “La Unión Obrera”; de la Cámara de Comercio, de la Segunda Compañía , como de sus familiares.