Santiago.- Ex soldados de la dictadura de Augusto Pinochet se consideran tan víctimas como aquellos que fueron perseguidos por el régimen, y reclaman el pago de una 'deuda moral'.
A veces en las calles les gritan 'asesinos'. Dicen que fueron obligados a hacer cosas contra su conciencia. Ex soldados de la dictadura de Augusto Pinochet se consideran tan víctimas como aquellos que fueron perseguidos por el régimen, y reclaman el pago de una 'deuda moral' por sus daños sicológicos.
Máximo Núñez, que estaba a punto de cumplir 18 años cuando fue llamado por la dictadura a realizar el servicio militar en la norteña Los Andes, lidera la Coordinadora Nacional de ex Soldados Conscriptos, una agrupación que busca que el Estado indemnice a unos 500.000 reclutas obligados a integrarse al Ejército.
"Por el sólo hecho de haber vestido uniforme somos víctimas del Estado, que nos obligó a hacer cosas contra nuestra voluntad", dice Núñez a la AFP.
La Coordinadora reclama el pago de una jubilación y una compensación por el daño moral sufrido al ser obligados a participar en ejecuciones o sesiones de torturas a detenidos.
En su mayoría eran jóvenes que no superaban los 18 años. Algunos iban aún al colegio y fueron obligados a cumplir con dos años y medio de servicio militar cuando la ley hablaba de uno.
El drama de estos ex soldados se vio en julio pasado cuando fue capturado José Adolfo Paredes.
Paredes, que confesó ser uno de los soldados que disparó contra el cantautor Víctor Jara en septiembre de 1973, se defendió señalando que "hay que buscar los altos mandos. Yo sólo era un 'pelao' (conscripto) no más".
El domingo varios de los ex soldados hicieron una manifestación en el centro de Santiago para sensibilizar sobre su situación.
Muchos denuncian haber sido torturados o saber que otros fueron asesinados y permanecen desaparecidos por negarse a cumplir con órdenes de superiores. Muchos también, según denuncian, cargan con graves enfermedades mentales por las situaciones de violencia extremas a que fueron sometidos.
Los tribunales de justicia han abierto juicios contra algunos de ellos, que se han defendido argumentando que debían obedecer, lo que es aceptado por unos jueces y no por otros.
"En las calles nos gritan asesinos, carniceros... hemos sido estigmatizados durante la democracia. Pinochet también abusó de nosotros; arrastramos un inmenso daño sicológico", relata Núñez.
Familiares de las cerca de 3.000 víctimas que dejó la dictadura de Pinochet han sido compensados. Las viudas e hijos cuentan con pensiones y ayuda asistencial en salud y educación.
"A nosotros nadie nos ha dado nada, somos los víctimas olvidadas", se queja Núñez. En total estuvo 21 meses en el Ejército, en que lo prepararon para usar un fusil y "enfrentar a los extremistas".
Luis Burgos, presidente de otra asociación de ex conscriptos, que reúne a unos 80.000 ex soldados, comparte los juicios y el reclamo de Núñez.
"Éramos niños chicos, nos atemorizaban con que nos enfrentábamos con extremistas", dice a la AFP.
"Así como se ha calificado de víctimas a civiles y a políticos, las organizaciones de derechos humanos debieran también calificar de víctimas a menores de edad que sólo les tocó cumplir con la ley", agregó.
Sobre la posible responsabilidad de ex conscriptos en violaciones a los derechos humanos él dice que "eso tendrá que determinarlo la justicia".
Por ahora les preocupa que "ningún gobierno se ha hecho responsable. Nadie ha tomado el caso de los soldados conscriptos".
Los familiares de desaparecidos no acogen sin embargo el pedido de los ex soldados.
"Hubo conscriptos que desaparecieron porque se negaron a cumplir con la tarea (de torturar o matar), así que no nos parece adecuada la actitud que asume este grupo ahora. Si los obligaron, entonces que se acerquen a los tribunales de justicia a denunciar qué fue lo que hicieron", afirma Gabriela Zúñiga,representante de la Asociación de Familiares Detenidos Desaparecidos.
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