Tras un serpenteante camino, una ruta sin fin se encuentra el poblado de Troyo. Allí donde la naturaleza trazo con un grueso pincel las montañas y bosques que lo rodean otorgándole un marco sin igual, se encuentran los servicios mínimos, una escuela, iglesia y comisaría. Comunidad que por estos días se reunirá para encontrarse a si misma, tras una larga historia de mitos en torno a una tragedia que la situó a nivel nacional por el año 1934.
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