Victoria.- Sorpresa causó la repentina demolición del antiguo caserón de la otrora familia Meier, ubicada en la intersección de calles Confederación Suiza y General Urrutia en esta ciudad, pleno centro de Victoria. Ello más aún dentro de las celebraciones del Día del Patrimonio Cultural en todo Chile, las cuales fueron encabezadas por el propio Presidente de la República -Sebastián Piñera- en el año del Bicentenario, el pasado día domingo 5 de septiembre pasado. Fue así como el hecho provocó una sistemática visita hasta la redacción de Las Noticias, no solo para conocer los por menores de tal decisión, sino además para dar cuenta o evidenciar su malestar para con la demolición de uno de los últimos vestigios del escaso patrimonio arquitectónico e identitario que posee la comuna de Victoria. Fue así como el victoriense Sergio Cerda Oyarce, quien es profesor y experto en patrimonio arquitectónico, cultural y social.
Quien además ha prestado sus servicios, oficio y opinión en entidades tan importantes como la Pontificia Universidad Católica de Chile y al interior del Centro de Perfeccionamiento e Investigaciones Pedagógicas de Chile. “El pasado domingo, justo cuando se celebraba el Día del Patrimonio Cultural en todo Chile, me encontré con la destrucción total de una casa patrimonial de Victoria. De ella no quedó nada. Fue una acción criminal. No se tuvo el más mínimo respeto por lo que es el patrimonio de la ciudad. Quiero pensar que se trata de gente ignorante. Tal acción nos convierte en una ciudad y sociedad inculta. Sin identidad. En otras partes de Chile esto no ocurre.
Existen lugares y barrios patrimoniales en que la gente se preocupa en preservarlos. Acá no importa los años que hubiese tenido la casa. En ella vivió -por ejemplo- el primer Director del primer colegio que tuvo Victoria. Poseía una rica historia. Era de principios del novecientos. Fue una aberración. Algo totalmente condenable. Yo me pregunto ¿Quiénes son los encargados de permitir que se pueda destruir sin ninguna oposición, el patrimonio histórico de Victoria?” concluyó Cerda Oyarce sin dejar de ocultar su desazón, rabia y pena.
Concejales
En tanto y frente al mismo tema los concejales por Victoria también se pronunciaron, fue así como la concejala Cecilia Muñoz (DC) manifestó: “No entiendo como no hubimos de preocuparnos por preservar nuestra historia. Es lamentable. Es un tema muy complicado y que debe ser abordado por el Consejo en pleno para que esto no vuelva a ocurrir. Fue un error. Se debió haber consultado con el alcalde” acotó.
Por su parte su par -Luis Moreira (PRI)- espetó “Esto fue una barbaridad. Un verdadero atentado a la historia de la comuna y a la escasa identidad de los victorienses. Por eso urge revisar la normativa vigente”. Así mismo el concejal Patricio Villablanca (PRI) sumó “Lo ocurrido fue una verdadera aberración. Una muestra de la prepotencia de sus nuevos propietarios, quienes demolieron la casa arrasándola con una máquina retroexcavadora. Eso de que tenía termitas ¿dónde consta? ¿Qué empresa realizó el diagnóstico? Eso es una excusa fácil para con una razón difícil de explicar” señaló. El edil François (RN) fue más suave en sus críticas manifestando que “Lo lamento. Fue una sorpresa para mí. A lo mejor la casa tenía termitas. Y si el nuevo dueño la compró y la ley se lo permite, él no tuvo problemas en demolerla.
Por el contrario el concejal Juan Pablo Villagrán (PS) dijo “Esto es responsabilidad de la ordenanza municipal. Un actuar propio y en razón a la mentalidad de los empresarios que privilegian lo económico por sobre lo cultural. Es más hace dos meses que al concejal Alberto François, quien preside la Comisión de Desarrollo Urbano y Rural, le vengo pidiendo que presente una moción respecto de esta temática, así como que presentase igual iniciativa para la ordenanza para regular la rotura de calles y trabajos en la vía pública, pero esto hasta ahora no ha ocurrido. Él como ingeniero está al debe en esos temas a favor de Victoria y sus habitantes” acotó tajantemente. La edil Marisol Acuña señaló: “Esa casa era parte de nuestra historia ciudadana. Ya el sábado pasado la homenajeada Patricia Schifferli nos pedía a gritos…”defiendan su historia, preocúpense de su patrimonio” ahora entiendo su mensaje. Es una pena y un proceder muy lamentable” puntualizó.
Por último el alcalde de Victoria, Hugo Monsalves aportó frente al tema: “Acá es la plata la que manda. Ellos compraron y demolieron. Es una pena que no se preservara un ápice de lo que fue una de las últimas casas del pasado arquitectónico de Victoria. Habrá que revisar la ordenanza para prevenir que esto se repita en el futuro” sentenció la primera autoridad comunal.
Nuevos propietarios
Por su parte los nuevos propietarios de la mentada y ahora inexistente casona de estilo suizo de principios del siglo XX, los odontólogos Rodrigo Donzé y Héctor Campos, señalaron con absoluta tranquilidad y convicción que lo hecho se apega a la normativa vigente y que la casa estaba en deplorable estado, y que no merecía ninguna acción reparatoria. Fue así como Donzé espetó:
“La casa se terminó de adquirir hace tres meses al último de sus herederos. Era una casa que estaba en muy malas condiciones. Era imposible su restauración. No hubo ninguna posibilidad de desarmarla y haberla rearmado en otra parte ya que estaba llena de termitas. Toda la madera que se sacó de ahí se regaló y/o se la llevó el contratista que la demolió. Nosotros ni siquiera la quisimos para leña ya que nos podía contaminar nuestras casas. Además se había convertido en un foco de infección y lugar para el albergue de indigentes” dijo, aclarando que pagó los $21.000.- para el derecho a demolición otorgado por la municipalidad de Victoria.
“Se pidieron todos los certificados pertinentes para verificar si existían restricciones para su demolición, pero no hubo ninguna objeción para ello" concluyó el también descendiente de colonos suizos. En tanto y por su parte el dentista Héctor Campos indicó que “Los permisos nos fueron entregados el viernes pasado y al día siguiente se procedió con la demolición. Nosotros tenemos claros que no es llegar y demoler una casa, pero el arquitecto que contratamos se encargó del tema y no encontró ninguna objeción. Estaba todo en regla” acotó.
Ambos profesionales informaron que en el lugar situarán una nueva clínica odontológica, en la cual no solo se darán las especialidades que les conciernen -ortodoncia e implantología y cirugías- sino que albergará a otras en manos de otros de sus pares y futuros arrendatarios
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