¿Es responsable técnicamente la creación de Escuelas de Fútbol en las cuales no esté incorporada la competición como parte de la Formación?.
Lo menos que deben incorporar es la realización de Encuentros de Escuelas, con espacios y reglamento adaptados, para que enfrenten a varios rivales en un solo día y adquieran vivencias que no se logran con el simple entrenamiento o clase
Diversión y rigor en la competición
El deporte de competición aporta a nuestros hijos una serie de aprendizajes positivos como por ejemplo: el trabajo en equipo y la perseverancia para conseguir unos objetivos, el control ante situaciones que consideramos injustas (un error arbitral, una falta desproporcionada, un insulto ...), con respecto a los otros, la solidaridad con los compañeros, el conocimiento de los propios límites y la asunción de un rol, la concentración, el afán de superación, la disciplina individual y de grupo, los hábitos higiénicos y de salud, el aprender a ganar, a empatar y a perder ... Además, se hacen buenos amigos y, en épocas de exámenes, el entrenamiento es una excelente válvula de escape.¿Cómo es posible que no se aproveche el verano para ofrecerles a los niños un espacio de diversión y aprendizaje por medio del fútbol?
Pero cuando nos planteamos que nuestro hijo/a participe en un deporte que incluye competición lo más importante es que valoremos si la actividad que realizará hará que se divierta, sin olvidar que se tendrá que tomar los entrenamientos y los partidos con una dosis añadida de seriedad y responsabilidad para consigo mismo, sus compañeros, los técnicos, el Club y la sociedad a quien representa ese Club.
Frank Rijkaard, (actual Entrenador del FC Barcelona de España y ex seleccionado holandés de fútbol) todo un filósofo del mundo del deporte, decía una frase que, desde mi punto de vista, es muy acertada: "el fútbol es un juego serio". La verdad es que nadie diría que una frase tan corta pueda decir tanto y que, es más, pueda conseguir que los que nos dedicamos en el difícil mundo del entrenamiento de juegos colectivos de competición reflexionamos un poco sobre qué quería decir.
El fútbol, y el baloncesto, está claro que son juegos; juegos reglamentados, y lo primero que busca un juego es divertir. Nadie se puede imaginar que a un niño/a le guste jugar a algo en lo que no se divierta y es seguro que quien compite y no disfruta entrenando está destinado al abandono del deporte escogido e, indirectamente, al fracaso deportivo.
Una persona que se divierte entrenando y compitiendo optimizará al máximo su rendimiento, esperará con ganas el próximo entrenamiento, faltará poco a entrenar, estará más atento, se esforzará al máximo y valorará su progreso en forma de más motivación. Podemos concluir que divertirse y progresar van juntos y cogidos de la mano. Como mínimo podemos deducir que quien se divierte entrenando, mejorará más que el que no lo hace.
Por lo tanto, debemos sacar la primera gran enseñanza: La Motivación hace la Responsabilidad. Antes de Poder y Saber, hay que “Querer jugar”
Y de aquí no hay que ser una gran lumbrera para extraer la conclusión que todo entrenador tiene que conseguir que sus jugadores disfruten de lo que están haciendo, y que eso indirectamente hará que aumente de forma significativa el rendimiento general del equipo.
UN JUEGO SERIO
Pero Rijkaard dijo también una palabra clave inmediatamente después de la palabra juego: "...serio", y esta palabra se convierte en vital para diferenciar un deporte colectivo de competición de un juego en el cual cualquier niño puede jugar con sus amigos.
De aquí sacamos la segunda gran enseñanza: Solo un Técnico Responsable puede dedicarse a la Formación y/o a la Competición en el Fútbol
De aquí deduzco que lo que quería decirnos este gran maestro es que divertirse no está reñido con trabajar el deporte en cuestión con el máximo rigor. Que el juego se convierta en serio tendrá mucha culpa el entrenador/a. Hace falta que se prepare los entrenamientos y programe las temporadas, que estudie a los rivales si el equipo ya tiene un cierto nivel, que exija la máxima puntualidad a los entrenamientos y la máxima concentración, que sepa escoger los mejores sistemas tácticos...
No obstante, de todo eso también es responsable el jugador/a porque si se queda sólo con la palabra juego y obvia totalmente las palabras “serio y responsablemente” tomándose el entrenamiento como un juego en el patio de la escuela, puede tener problemas en la mayoría de equipos de competición que quieran, en el margen de divertir( participar motivadamente), enseñar, educar y progresar.
También hay que recordar que en el proceso de aprendizaje de cualquier deporte -y para que éste se convierta en serio- además del entrenador y el jugador, nos hace falta la colaboración y la implicación de los padres y el convencimiento de que su hijo/a está practicando un juego serio, planificado, entrenado y dirigido por un hombre serio: el DT:
Entonces nos aparece la Tercera Gran Enseñanza: Los padres deben entender que Técnico hay uno solo y que cualquier intervención antes, durante o después de la competición, que no provenga del propio Técnico, creará en el niño un conflicto de autoridad, para lo cual no está preparado y que puede ser causa de desmotivación, desconfianza de sus capacidades o de las indicaciones de uno u otro ser querido, de descontrol, de desconcentración y, lo que es peor, de lucha de poderes entre el técnico y el padre. Perjudicado: el niño-a
Y para acabar, el último elemento que hará que todo el proceso funcione a la perfección teniendo como base un jugador responsable, unos padres implicados y un entrenador formado y competente, será el apoyo que de la entidad deportiva a este proyecto. Encontrar entidades que soporten la presión de los entrenadores que sólo quieren ganar a todo precio para hacer una "carrera deportiva" ascendente y rápida, entidades que soporten la presión de los padres que confunden la competición con los juegos en el patio o en el centro recreativo, entidades que sus dirigentes piensen que el deporte de competición es mucho más que un simple divertimento... es realmente difícil. Pero cuando todos estos elementos se mezclan mágicamente como un gran cóctel, todo el mundo se divierte y es feliz viendo el progreso del jugador y del equipo en cuestión..
Cuarta enseñanza: No hay escuela de Fútbol que cumpla con su real objetivo si no se desarrolla en perfecta armonía de relaciones humanas entre el técnico que sabe, el niño que quiere, el Club que financia y padres que respaldan y se sienten identificados con lo que se hace.
Todo el mundo recuerda cómo se divertía el "dream team" jugando, todos tenemos en la mente la cara de felicidad de Ronaldinho mientras lideraba el "samba team", pero seguro que tanto Cruyff como Rijkaart saben que para divertirse se tiene que trabajar, porque el fútbol, como el baloncesto "es un juego muy serio".
Tema para la reflexión: No hay un total acuerdo en referencia a quien es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Pero, si tomásemos la “seriedad y responsabilidad” como un indicador para la evaluación de selección, seguro que Maradona no aparecería ni por las tapas, ya que sería superado por quienes, con menores condiciones, fueron más serios con el fútbol, porque fueron más serios consigo mismo.
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