sábado, 15 de marzo de 2008

Nuevos aires en política


Hoy en día cerca de dos y medio millones de jóvenes no se encuentran inscritos en los registros electorales, los partidos políticos según diversas encuestas aumentan su alejamiento de la ciudadanía y de sus verdaderos problemas, se han convertido en verdaderas agencias de empleo cuyo fin es el generar operadores políticos cuyas consecuencias han afectado a ministerios, gobernaciones y municipios de diversas corrientes.
En el año 2010 se habrán cumplido más de dos décadas desde la recuperación de la democracia en el año 1989 y 37 años desde 1973, es decir, habrán pasado varias generaciones, los niños de ese año estarán disfrutando de sus nietos en el Bicentenario. Sin embargo a pesar de esa distancia tan grande, se sigue recurriendo a la lógica de la división, la separación entre quienes se ven como buenos y a quienes nosotros vemos supuestamente como malos.
Esta permanente división no es del interés de nuestros jóvenes, ellos ni siquiera tienen tan claro que fue lo que sucedió, ellos miran hacia el futuro, el pasado no les interesa, y ése es uno de los grandes desafíos de una gestión moderna y eficiente, el tener la capacidad de reconocer en los otros, sus aptitudes, sus competencias y también a la mejor gente, porque a la larga son cada uno de los ciudadanos quienes financian el sistema, mediante el pago de sus impuestos, permisos y patentes.
Esa mirada mediocre, pensando en un fin político es la que ha producido un alejamiento de los jóvenes quienes ven con vergüenza como aquellas oportunidades son ocupadas por la gente menos calificada. Esa actitud también ha excluido a los independientes, quienes no son escuchados ya que no pertenecen a una colectividad política, sin embargo son los primeros en proponer soluciones a diversos problemas que los afectan.
En este mismo tramo, los jóvenes e independientes, representan un núcleo importante y cuyo rol es cada día más significativo en una sociedad que requiere nuevas miradas, nuevas propuestas para una comuna más joven, más dinámica y moderna. Los jóvenes tenemos la virtud de mirar el futuro sin prejuicios, nuestro norte siempre será el bien común, tal como lo hemos denunciado hasta ahora, negar la negligencia es reconocer nuestra propia incapacidad de construir una sociedad para todos.
En el futuro la política de la división no tendrá espacio, no habrá tiempo para ello, solo para construir nuestros sueños, mañana será tiempo de abrir nuestras ventanas y dejar que entren nuevos aires, aires de juventud.

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