martes, 13 de octubre de 2009

Décimas para Angol desde Francia

Señor Director y Editor:
En primer lugar va un saludo y al mismo tiempo me presento, mi nombre es Narciso Pérez, nací y me críe en Tucapel y Vergara.
Como dijo el poeta, linda esquina en Angol para el amigo.
Por razones de la historia y el destino me encuentro radicado en el norte de Francia, en un pueblito vecino a la gran ciudad de Lille.
En este mes de octubre, un aniversario más de Angol, humildemente quisiera arrimarme a su homenaje.
Diez Décimas para Angol
Publicada en la Antología Poética de Angol
Para cantarle a mi tierra
me tomo el vino ligero
corto la ausencia de un tajo
y me vuelvo bien sureño
como flor entre los cardos
me voy abriendo camino
que esto de ser Angolino
y no querer morir tan lejos
anda buscando en el canto
un amigo y un consejo
Con la guitarra al costado
donde palpita la vida
lo exige la tradición
en esas tierras de sol
que a ritmo de tonadita
florezca cada coplita
la mías no son contrarias
pero tienen aflicción
van floreciendo en la ausencia
lejos de Chile y de angol
Mi pueblo de paso lento
va tranqueando con la historia
no estuvo nunca de lado
siempre el corazón al frente
en ese trágico encuentro
del blanco y el continente .
A mi pueblo vigilante
le llamaron los confines
tres siglos y no pasaron
aunque llegaban por miles
Es lindo y es respetado
que un pueblo forje su historia
el mio dejó en las memorias
orgullos bien conocidos
pero hay orgullos que queman
y hay otros que son olvidos
van quedando en los caminos
como secando el encanto
de aquella raza divina
de mi América Latina
Por razones del destino
mi pueblo corta el camino
a esas montañas de sueños
leyenda de los abuelos,
bajan de ellas aromas
de araucarias y canelos
y le entregan a la aurora
para despertar mi pueblo
acordes y melodías
de chicharras y jilgeros
Cordillera Nahuelbuta
tú no conoces el gris,
te pintan diez mil colores
el prisma de aquellas flores
que se visten en Septiembre
p’a desvestirse e Abril
eres jardín milenario
que nos dejó el creador
pero alli manos extrañas
te van sembrando el dolor
Y van secando montañas
y desnudando quebradas
y el río que ayer bajaba
furioso entre las rocas
hoy día va silencioso
y agoniza poco a poco
como el aroma del boldo
como el copihue lejano
ay, Cristo me entra le pena
y se me suelta el enojo
Maldigo las manos negras
las del norte y del oriente
dicen que traen la ciencia
pero solo traen muerte,
también maldigo al que vende
por cuatro billetes verdes
y aquel que compra al poeta
esos versos mal nacidos
que van hablando de encantos
olvidando lo sufrido
Pero en Angol otras manos
va sembrando con el arte
la decencia de la vida
y alumbrando al ignorante
sus coplas van floreciendo
en la tormenta y el viento
y aquellos hijos morenos
verán cuando llegue el tiempo
la aurora del Nahuelbuta
y Angol de nuevo naciendo
En mis coplas no les traje
los quebrantos de mi pueblo
sólo les quise entregar
un sentimiento y un tiempo
de un corazón que en la ausencia
lleva en la sangre su tierra,
y aquí reciban señores
un saludo de amistad
que ser Angolino no es fácíl
hay que amarlo de verdad
Narciso d’Angol
Francia julio 1992

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