miércoles, 7 de septiembre de 2011

Amalia Cubillos: "Aunque lo encontráramos, lo devolveríamos al mar "Hija de Felipe Cubillos"

Santiago.- (Paula Césped) Las paredes de las oficinas de Desafío Levantemos Chile, en Las Condes, poco a poco comienzan a llenarse con las fotografías y diplomas del empresario y líder del proyecto, Felipe Cubillos. Es una forma de homenaje. Para Amalia Cubillos, de 23 años, la hija mayor de una de las víctimas de la tragedia aérea en Juan Fernández, su padre se encuentra "descansando en el mar". A propósito, recuerda que repetía con insistencia que estaba viviendo "tiempo prestado".
¿Cómo han sido los últimos días desde que se supo la noticia?
Al principio todos, ilusamente, decíamos que lo íbamos a encontrar. Dio la vuelta al mundo navegando. Creo que hasta ayer (lunes) juraba que mi papá estaba flotando por ahí y que lo iban a encontrar. Pero ya nos dijeron que era muy poco probable. He llorado como una loca, pero todo es tan incierto y no sé cómo enfrentarlo.
¿Qué sentiste cuando el ministro Allamand dijo que no había sobrevivientes?
No he visto noticias, tampoco he mirado los portales. Ver a mi papá en las portadas de los diarios en la calle me pone mal. Personalmente, he hablado con Allamand y él no me lo dijo tan así. Me dijo: "Parece que tu papá prefirió quedarse en el mar". Eso para mí es un poco más de consuelo, porque yo sé que aunque lo encontráramos, lo devolveríamos al mar.
¿De qué forma lo han afrontado como familia?
Es una pérdida gigante, porque mi papá era irremplazable, era un grande. Es difícil, y más adelante creo que será peor. Ahora estamos acompañados, activos. Todos dando vueltas por todos lados, llenos de amigos, llenos de cosas. Yo me vengo al Desafío (Levantemos Chile) porque me siento más protegida, me siento en mi familia. Rodeada de cosas de mi papá. Lo siento más tangible acá.
¿Qué te han dicho de las labores de búsqueda?
No sé nada, porque no he querido saber. Todo el mundo me dice que no vea; entonces, yo me imagino que no son buenas las noticias. Pero si ya está en el mar y si se encuentra o no se encuentra, ya es un detalle. No he sabido siquiera qué están haciendo para buscarlo. Agradezco un millón, porque están haciendo todo para la búsqueda. O sea, Andrés (Allamand) está personalmente allá y nos ha estado informando (...). Ayer me llamaron y me dijeron que tenía que ir al Servicio Médico Legal a dar sangre, para hacer una prueba de ADN. Entonces, es muy fuerte el shock.
¿De qué forma viven este momento juntos, tú y tus hermanos?
No hemos tenido tiempo de estar todos. Lo único que nos repetimos es que nos queremos mucho y tenemos un círculo de hierro alrededor nuestro. Gracias a mi papá, tenemos unos amigos increíbles. Sobre todo, mi familia ha sido un siete, han estado muy pendientes y apoyando a full. Pero no hemos tenido la oportunidad de hablar los cuatro. Sabemos que estamos ahí para el otro. No nos hemos sentado a decidir ni nada, porque sabemos que estamos en otra y todavía no sabemos qué va a pasar.
¿Cómo fue el último año viviendo con tu padre?
Este último año nos fuimos a vivir todos con mi papá. Es como algo mágico, y pudimos vivir este año a full. Siempre fue un papá súper presente. Todos mis hermanos se fueron a vivir con nosotros y nos cambiamos a una casa más grande. Lo divertido fue comenzar a hacer la casa. En nuestra casa todavía no hay sillones, porque no pudimos ponernos de acuerdo en el sillón que queríamos. Lo último que hicimos fue poner lámparas con cordeles náuticos y cada uno hizo su nudo. Fuimos armando la casa como nos parecía y vivimos de una forma súper informal.
¿Cómo era tu papá?
Un soñador de las cosas imposibles, pero un realizador de esas cosas imposibles. Era un grande, alguien irremplazable. Es imposible que yo siga su legado, imposible superar a alguien así. La vara está demasiado alta. Yo puedo seguir ayudando desde lo que yo sé. Panadero a tus pasteles, como decía él. Tener ese peso y esa presión en este momento puede ser un poco fuerte, y prefiero no pensarlo así.
¿Sientes que te faltó compartir algo con él?
No quedó nada inconcluso, he tratado de pensar. Le dije que lo quiero. Hace poco fue el matrimonio de una prima y bailamos hasta vals juntos. Me dije, "pucha, no va a estar para mi matrimonio". Pero va a estar igual y ya bailé el vals con él. No sé, creo que lo vivimos todo con tanta pasión que no quedó nada pendiente. Aunque, obvio, siempre estarán pendientes los abrazos, los besos. Los minutos que vengan de aquí en adelante. Pero mirando hacia atrás, me tranquiliza saber que no quedó nada pendiente.
¿Qué piensas de las hipótesis del accidente?
No las conozco. No culpo a nadie. Ni siquiera me he detenido un minuto a pensar si fue error de alguien, si no lo fue. Si alguien tiene la culpa, ya fue. A mí, por lo menos, no me quita el sueño. No me voy a quebrar la cabeza pensando por qué pasó esto, no lo encuentro sano. No me he detenido a pensarlo y creo que tampoco lo voy a hacer.
"Que lo saquen ya. Sé que es realmente necesario y mi papá se desvelaba por que saliera. Si le ponen Ley Cubillos, fantástico, y si no, no. Pero que salga la ley".
"Nos dejó las pautas escritas. Es raro. Siento que lo dejó tipo testamento. Yo lo leo y me voy tranquilizando, porque es escuchar a mi papá".
" Impactante, pero demasiado reconfortante. Es una forma de decirnos que no murió en vano y sigue ahí. La misión tuvo el efecto que mi papá quería".

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