sábado, 15 de mayo de 2010

¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos?

Victoria.- (Luís Alberto Escobar Escobar, Director y Editor http://luiseeses.blogspot.com/) Mucha gente se queja que el clima está cambiado, que la falta de lluvias se ha tornado en un problema para disminuir la evidente contaminación del aire en Victoria, a partir del uso desmedido de las estufas y cocinas a leña. La misma pregunta nos hacemos con respecto al clima enrarecido que reina en nuestro municipio local y en el propio concejo. Para nadie es un misterio que la semana -que está a punto de terminar- estuvo marcada a fuego por los enfrentamientos y descalificaciones en que se han visto involucradas nuestras principales autoridades locales. Amenazas de incendios.
En lo que parece un cuento de nunca acabar, la municipalidad de Victoria se ha visto afectada administrativamente y mediaticamente por un escándalo que todas luces se pudo haber evitado. Desde hace unas semanas la Contraloría General de la República realizó una investigación sobre una supuesta capacitación que termino con una fiesta, asado y grupo musicales incluidos. Quizás el hecho en si, no reviste mayor trascendencia y pudo haber sorteado todos procesos administrativos, pero solo la tozudez de quien cree que estará eternamente en un puesto y que tiene el apoyo de figuras políticas transforma un error en mentira. El ex – administrador municipal, Alejandro Bustos, tratando de exculparse y pretendiendo que el expediente quedara en el olvido se desdijo de sus dichos para culpar a funcionarios de planta sobre la desprolijidad en el control. En suma, el solo trataba de ejecutar la frase: “yo sabia que no había que hacerlo, pero nadie me lo dijo”, muy propio de los operadores políticos quienes abusan de su puesto y se instalan como verdaderas eminencias cuyo capacidad esta muy lejana a cualquier mortal que no tiene el apoyo de un diputado o un senador.
La política chilena y especialmente en la Araucanía, donde el Estado es el gran empleador, esta plagado de este tipo de personajes que solo no solo logran manchar una gestión, sino una comuna entera que esta en el ojo del huracán por una cuestión tan básica como un asado, que bien se pudo haber cancelado con solo una cuota por participante.
Desmentidos. Investigaciones sumarias por parte de la Contraloría Regional. Toma de declaraciones -por parte de la PDI- a dos de nuestros concejales. La Fiscalía local haciendo lo propio a favor de transparentar el uso de dineros públicos. Así cabe preguntarnos ¿Quiénes somos? y ¿Hacia dónde vamos?. No puede ser que Victoria esté dando que hablar por este tipo de temas. No es posible que los medios de comunicación locales debamos hacernos cargo, día a día, por causa de noticias que en nada aportan al crecimiento de la ciudad.
Parece que las lecciones del pasado no fueron suficientes y que apuntaban a que los caudillismos nunca serán un aporte al desarrollo de una sociedad, menos aportarán a favor de la salud mental de la gente, quien se ve cada vez más contaminada con este aire cargado de negativismo y enfrentamiento sin fruto alguno. Creemos que y tenemos fe en que nuestras autoridades -que fueron electas para representación del pueblo- puedan enmendar el rumbo y dedicarse a las tareas que la propia ley les exige y que la ciudadanía les encomendó.
Cuántos operadores políticos hay en la administración publica? Quizás esa no sea la pregunta correcta, lo lógico es preguntarse gracias a quienes están allí, y cuanta competencia tienen para lo que fueron contratados. En una región donde la pobreza sigue siendo parte del paisaje, un Estado que entrega un pésimo servicio, se requiere profesionales idóneos, creativos pero por sobre todo políticos probos y con altura de miras, sin esta última condición se seguirán haciendo asados a costa de los dineros fiscales.
Salirse de aquello no es más que hacer apología de la “chimuchina” barata. Nadie, pero absolutamente nadie gana nada con eso. Por eso es que debemos entender que un pueblo que no avanza no solo se queda estancado, sino que peor aún, retrocede. Y así como se advierte este fenómeno poco a poco se está gestando en nuestra comuna. No puede ser que en vísperas de celebrar el primer Bicentenario de la Patria, Victoria -una comuna otrora gloriosa- se vea rellena mediáticamente con noticias por dimes y diretes. Lo que aquí debe primar es la unión -de la que tanto se habla- y la cordura. Nadie puede restarse a eso.
Podemos adolecer de muchas cosas y tener muchas faltas, pero lo que no debe aflorar es el odio y la desconfianza. La destrucción gratuita. Y no por ello debamos dejar de velar por que las cosas se hagan bien y como debe ser. La fiscalización o ánimo de esta debe ser entendida y tomada con altura de miras. Si ello no ocurre estamos enfrente de mentes cerradas e incapaces de ver las cosas como son y deben ser. Esperamos pues que la semana entrante debamos concurrir y presenciar hechos de relevancia, interés y beneficio ciudadano.
La gente está cansada de ver como nuestros dirigentes las emprenden unos contra otros, restándose a sus roles y más aún aportando a enrarecer y contaminar no solo el aire sino a demás las mentes de quienes viven en una ciudad llamada Victoria. ¿Quiénes somos? gente ávida de progreso, trabajo y bienestar para nuestros hijos y familia. ¿Hacia dónde vamos? Pues a la dicha de vivir en paz y sembrar semillas de buena vida y pasar para nuestros hijos, lejos de todo odio y rencor improductivo.

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